Miércoles, 29 de Octubre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNPreserving Peace: La UE se rearma ante la cita Trump–Putin en Budapest
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Rubén Darío Torres Kumbrián

Preserving Peace: La UE se rearma ante la cita Trump–Putin en Budapest


Este texto no pretende ocultar su punto de vista. Quien lo escribe lo hace desde una posición abierta y coherente: soy español, constitucionalista y europeísta convencido; admirador del ejemplo polaco y defensor del vínculo atlántico, y persuadido de que la paz y la seguridad solo pueden sostenerse sobre la disuasión creíble y el vigor institucional de nuestras democracias.

 

Creo en una Europa de la Defensa capaz de actuar con autonomía estratégica, pero sin romper la cooperación con la OTAN; una Europa que asuma su papel de garante de la estabilidad internacional, con recursos, presupuesto y voluntad política proporcionales a los desafíos que enfrenta.

 

La defensa, en mi opinión, no puede reducirse a un asunto técnico o presupuestario. Es también una cuestión moral y de responsabilidad política. La neutralidad ante la agresión —sea militar, híbrida o informativa— no es prudencia: es abandono.

 

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La historia nos lo ha enseñado una y otra vez. Como escribió Publio Flavio Vegecio Renato en su Epitoma Rei Militaris, “Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum” —quien desee la paz, que se prepare para la guerra—. En su formulación moderna, la sentencia mantiene intacta su vigencia: si vis pacem, para bellum.

 

Porque solo las naciones que se preparan para defender su libertad están en condiciones de conservarla. Y Europa, tras demasiados años de confiar en la paz por inercia, empieza por fin a comprenderlo.

 

En los ámbitos de la defensa, la seguridad —exterior e interior— y la inteligencia estratégica, rige una máxima no escrita: del adversario, jamás conviene fiarse; de los aliados, la confianza debe revisarse; en los propios activos, la vigilancia constante es un deber; y sobre uno mismo, la autoconfianza debe controlarse para evitar el espejismo de sobrestimar las propias capacidades.

 

Desde esa premisa de prudencia y realismo, la próxima reunión Trump–Putin en Budapest merece una lectura fría: las expectativas son mínimas. En el mejor de los casos, podría derivar en una tregua parcial o en una pausa táctica del conflicto, pero no en una paz sostenible.

 

Estados Unidos atraviesa un momento de redefinición interna y de pérdida de capacidad de disuasión internacional. Mientras tanto, China, en palabras de su ministro de Asuntos Exteriores Wang Yi, recordaba a la Alta Representante Kaja Kallas que “no desea ver a Rusia perder esta guerra”. La frase condensa el actual equilibrio global: la guerra en Ucrania podría prolongarse durante años, y la ventana para un acuerdo real sigue cerrada.

 

En ese escenario, el esfuerzo de Polonia por reforzar su defensa nacional se ha convertido en ejemplo y advertencia. La máxima romana si vis pacem, para bellum —si quieres la paz, prepárate para la guerra— cobra hoy plena vigencia. La debilidad no garantiza la paz.

 

Entre Washington y Budapest: dos gestos, un mismo tablero

 

La presentación del Preserving Peace no llega en el vacío. Coincide con un ciclo de intensa actividad diplomática: Zelenskiy y Trump acaban de reunirse en Washington para discutir la entrega de misiles de largo alcance, algo que no sucederá de momento, mientras se prepara el encuentro

 

Trump–Putin en Budapest

 

Bruselas interpreta ese doble movimiento como un mensaje ambiguo: Estados Unidos mantiene el apoyo a Ucrania, pero busca al mismo tiempo canales de negociación directa con el Kremlin.

 

Ante esa incertidumbre, Europa no puede seguir delegando su seguridad. La Readiness Roadmap 2030 es la respuesta institucional a la fragilidad del vínculo atlántico. Con o sin Washington, la defensa europea debe estar lista.

 

La hoja de ruta europea: Preserving Peace – Defence Readiness Roadmap 2030

 

El 16 de octubre de 2025, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto con la Alta Representante Kaja Kallas, presentó el plan “Preserving Peace – Defence Readiness Roadmap 2030”, una hoja de ruta que marca el mayor impulso de defensa común en la historia de la Unión.

 

El plan propone movilizar hasta 800.000 millones de euros en los próximos cinco años mediante fondos europeos, préstamos y flexibilización fiscal, con el objetivo de fortalecer la autonomía estratégica europea frente a cualquier agresión exterior.

 

Entre sus ejes principales destacan:

 

ReArm Europe / Readiness 2030, un paquete de inversiones para modernizar el equipamiento, la movilidad y la industria de defensa.

 

Cuatro proyectos emblemáticos: Iniciativa Europea Antidrones, Vigilancia del Flanco Oriental, Escudo Aéreo Europeo, Escudo Espacial Europeo.

 

Creación de coaliciones de capacidades —grupos de países que cooperarán en áreas clave como artillería, misiles, ciberdefensa o guerra electrónica—.

 

El instrumento financiero SAFE (Security Action for Europe), dotado con 150.000 millones de euros para financiar modernización militar y capacidades conjuntas.

 

El mensaje es inequívoco: Europa debe poder defenderse sola, sin depender totalmente de Washington. No se trata de sustituir a la OTAN, sino de equilibrar la relación transatlántica y garantizar que el continente no quede indefenso ante un eventual repliegue estadounidense.

 

El desafío: pasar del papel al acero

 

El proceso de aprobación requerirá consenso entre Comisión, Parlamento y Consejo, además de voluntad real de los Estados miembros. La defensa sigue siendo un ámbito de soberanía nacional, pero la hoja de ruta introduce mecanismos de cooperación flexible que permitirán avanzar por “núcleos voluntarios”.

 

Las metas parciales se sitúan entre 2027 y 2028, con prioridades en movilidad militar, defensa aérea y ciberseguridad. El horizonte final es 2030, año en el que la UE aspira a disponer de una capacidad de respuesta autónoma ante cualquier amenaza.

 

Sin embargo, los obstáculos persisten: fragmentación industrial, lentitud administrativa y diferencias estratégicas entre socios. Solo el contexto —y la presión de la guerra— podrá acelerar el proceso.

 

Europa, ante su hora decisiva

 

Preserving Peace – Readiness 2030 no es solo una hoja de ruta: es una declaración política. Representa el tránsito de una Europa espectadora a una Europa que asume su destino.

 

Si logra materializarse, reforzará la industria militar europea, consolidará un escudo aéreo y espacial propio, y reordenará la relación con Estados Unidos y la OTAN.

 

En un mundo donde Washington, Moscú y Pekín marcan los tiempos, Europa lanza su mensaje: sin defensa no hay soberanía, y sin soberanía no hay paz.

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