Sentidiño
El término que da título a ésta mi primera aparición en El Nuevo Digital significa en gallego, naturalmente con el cierto grado de imprecisión que corresponde al pueblo y lengua de allí, sentido común, capacidad de ver las cosas con ponderación, en resumen un antídoto eficaz contra las preocupaciones sociales. Que no eran pocas las que estaban presentes este domingo en la jornada electoral gallega.
Visto el tema bajo palabra de sénior resulta obligado hacer unas consideraciones, sin que creo haga falta una descripción forense y por localidades de los resultados, dado que claramente se desprende de los mismos el excelente triunfo del candidato popular, la sólida posición del independentismo gallego y la debacle socialista, junto a derrota mayúscula de Sumar, Podemos y Vox y la aparición –as usual, except in Murcia– de una marca local en Orense que obtuvo un acta.
Por un lado, tras la quinta mayoría absoluta consecutiva de los populares en Galicia, no sabemos -a lo mejor no lo saben ni ellos– si los gallegos son de derechas. Lo que siísabemos es que son conservadores. Y también sabemos que a una gran mayoría su sentidiño les dice que es bueno apostar a lo conocido. Y hacerlo las veces que haga falta. Y eso hicieron 700.000 votantes (a falta del CERA) por quinta vez seguida.
Pero es necesario destacar, visto el tema bajo palabra de sénior, que 468.000 votantes votaron independentista (o algo similar). Ya, luego, algo más de 200.000 votaron socialista. El PSOE nunca ha tenido tan escaso poder territorial en España, desde hace años. El resultado y las condiciones de sus alianzas , creo, son estos. La adhesión a los demás partidos de ámbito nacional fue exigua.
Este no es un dato baladí porque es el reflejo de un escenario patológicamente complejo.
Mientras que en Galicia gana abultadamente la derecha, crece imparable el bloque independentista, en el País Vasco el partido nacionalista, la derecha, ve amenazada su mayoría por la extrema izquierda independentista, y en Cataluña ganan los socialistas las autonómicas (como antes C’s), pero sin embargo gobiernan los de izquierda republicana, que a su vez sostienen al gobierno del Sr. Sánchez, junto a los independentistas de derechas, que perdieron votos a raudales en las autonómicas catalanas y que, idem, apoyan al gobierno central, cuyo partido perdió las generales en uno de los peores resultado de su historia. Un endemoniado laberinto de intereses.
No es que nos estemos convirtiendo en un país complejo, que siempre lo hemos sido, es que lo estamos liando todo de más. Y lo estamos haciendo con una constancia digna de mejor empeño. Yo sé que puede pensarse que asimilamos sentidiño con PP. Pero no es así: quién dice que los castellano manchegos no actúen con cabeza si dan su confianza una vez tras otra al Sr. Page?.
No se trata de eso, se trata de que, palabra de senior, es muy difícil conjugar sentido común con un montón de cosas que se ven. Y que en la mayoría de los casos, se ven en un mismo lado.
Es eso. Que no es poco.