UE, España y Murcia en el mapa del cargo crime
Los robos de mercancías y los asaltos a polígonos industriales se han convertido en una amenaza estructural para la economía europea. La Unión Europea registra un incremento sostenido de estos incidentes, con pérdidas que alcanzan varios miles de millones de euros anuales. España no escapa a esta tendencia y la Región de Murcia constituye uno de los territorios con mayor exposición relativa.
El análisis revela un patrón claro: métodos criminales más sofisticados, déficit de infraestructuras logísticas seguras, estadísticas deficientes registros incompletos y lagunas normativas que en conjunto dificultan la prevención y persecución del delito.
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Experiencias verificadas y efectivas en la Unión Europea constituyen modelos exportables de seguridad: regulación rigurosa del mercado de metales, aparcamientos seguros, registro obligatorio de incidentes y cooperación público-privada.
Una amenaza económica creciente en la Unión Europea
Las pérdidas económicas por robos en la cadena logística son un problema de primera magnitud, Según TAPA y Trans.info, solo en 2023 el valor sustraído en la UE superó los 549 millones de euros, mientras que el impacto anual total sobre las empresas europeas se estima en más de 8.200 millones. En 2024 y 2025, no hay una estimación anual equivalente a la de 2023 en las fuentes consultadas.
Económicamente, no existe una cifra pública consolidada y fiable en España para el coste total de estos robos. Sin embargo, extrapolar datos europeos y ajustarlos al peso del transporte por carretera en España sugiere que las pérdidas pueden situarse en varios cientos de millones de euros anuales. Esa estimación, aunque aproximada, refleja la gravedad del problema.
Los robos de mercancías han escalado en frecuencia y complejidad. No se trata solo de hurtos oportunistas; las redes criminales organizadas recurren cada vez más a tácticas sofisticadas: suplantación de transportistas, rutas fraudulentas y almacenes temporales para “enfriar” la carga robada antes de reintroducirla al mercado legal.
El déficit de infraestructuras seguras agrava la situación. Muchos transportistas no encuentran aparcamientos vigilados homologados. Las Safe & Secure Parking Areas (SSPAs), o áreas de aparcamiento seguras y protegidas, son espacios especialmente diseñados para el estacionamiento de camiones y vehículos de mercancías que cumplen estándares europeos de seguridad avanzada, con medidas como control de accesos, videovigilancia 24/7, iluminación reforzada, vigilancia presencial, perímetros protegidos y servicios básicos para los conductores.
Estas infraestructuras son una herramienta clave de la seguridad logística dado que disuaden y reducen los robos de carga, intrusiones, sabotajes y actividades ilícitas en ruta.
La amenaza golpea al corazón logístico español
En cuanto a los objetivos preferentes, el auge del robo de cobre, otros metales y componentes industriales revela una tendencia clara. Son materiales fáciles de colocar en mercados grises, con alta demanda y precios al alza, lo que incentiva a las redes criminales a centrar sus golpes en naves industriales, subestaciones, polígonos y áreas de almacenamiento.
El fraude logístico, es una modalidad menos visible pero cada vez más sofisticada. La suplantación de empresas transportistas, la manipulación de rutas y la colusión con trabajadores internos permiten a los delincuentes obtener información sensible y acceso privilegiado a mercancías de alto valor. No se trata solo de robos físicos, sino de operaciones híbridas que combinan ingeniería social, falsificación documental y conocimiento profundo del sector.
El panorama se complica aún más por el subregistro de incidentes. Numerosas pymes optan por no denunciar, preocupadas por el impacto reputacional o por posibles aumentos en las primas de seguro. La infra denuncia genera una fotografía incompleta del problema y dificulta la coordinación entre empresas, aseguradoras y fuerzas de seguridad, dejando amplias zonas de sombra de un fenómeno de económico negativo.
Murcia: punto débil logístico de alto riesgo
En Murcia, la vulnerabilidad frente a los robos de mercancías responde a tres factores estructurales que se combinan y amplifican entre sí.
El primero es la alta densidad de transporte perecedero: la región vive del movimiento continuo de producto hortofrutícola, que viaja con plazos muy ajustados y obliga a realizar paradas técnicas en áreas o polígonos donde la vigilancia es desigual. Esa urgencia operativa crea oportunidades para golpes rápidos y selectivos.
El segundo elemento es la heterogeneidad en la seguridad de los polígonos industriales. Mientras algunos enclaves han invertido en control perimetral, iluminación reforzada, CCTV y presencia estable de seguridad privada, otros mantienen infraestructuras mínimas o desactualizadas. Esta disparidad deja lagunas que facilitan robos nocturnos, accesos no autorizados y movimientos furtivos de vehículos.
La tercera debilidad es la ausencia de datos consolidados que permitan dimensionar el fenómeno. No existe un registro público que cuantifique con precisión las pérdidas económicas.
La combinación de factores hace que Murcia experimente una exposición más intensa que otras zonas.
Perfil de los delincuentes: quiénes son y cómo operan
En el extremo más sofisticado se sitúan las redes organizadas transnacionales, capaces de operar en varios países con equipos móviles, vehículos lanzadera y receptadores bien conectados. Suelen centrarse en cargas de alto valor o fácilmente revenderles en mercados paralelos.
En un segundo nivel actúan los grupos regionales especializados, que conocen al detalle los corredores logísticos de su entorno, los horarios de carga, la rutina de los polígonos y los puntos débiles de las instalaciones.
Los oportunistas constituyen el tercer nivel, especializados en el curtain-slashing: cortes rápidos en las lonas de camiones estacionados sin vigilancia adecuada, generalmente por la noche.
El cuarto perfil, cada vez más relevante, es el de la colusión interna y el fraude logístico. Conductores, operarios de almacén o personal administrativo pueden proporcionar información sensible —rutas, horarios, contenidos de la carga— a redes criminales que buscan minimizar riesgos y maximizar beneficios.
Seguridad efectiva, brechas y realidades
Tanto la Comisión Europea como CoESS (Confederation of European Security Services) subrayan que los nodos de transporte —puertos, centros logísticos, corredores de autopistas, aparcamientos de camiones y áreas industriales— son hoy objetivos prioritarios para redes delictivas especializadas.
En este contexto, la seguridad privada desempeña un papel cada vez más decisivo como refuerzo operativo de los cuerpos policiales y como socio estratégico en la protección de almacenes, plataformas de distribución y transporte de mercancías.
Los modelos de colaboración público-privada impulsados en la UE demuestran que la combinación de vigilancia presencial, tecnologías de control de accesos, CCTV inteligente y certificaciones de seguridad en aparcamientos y centros logísticos es clave para elevar la capacidad de respuesta y reducir la vulnerabilidad del tejido empresarial.
La fortaleza de la seguridad en la cadena logística no depende únicamente de la vigilancia física, sino también de la coordinación institucional y la infraestructura preventiva. A nivel europeo, la escasez de plazas seguras certificadas sigue siendo un problema estructural. Pese a los programas de financiación existentes, los cuellos de botella persisten, dejando huecos que el crimen organizado puede explotar.
En España, algunos proyectos piloto han comenzado a certificar parkings seguros y áreas industriales, pero la cobertura sigue siendo desigual.
En Murcia, la capacidad de respuesta de los polígonos varía considerablemente. Algunos cuentan con CCTV, control perimetral y presencia de guardias, mientras que otros son vulnerables por falta de recursos o coordinación. Además, carecen de un sistema de alerta logística que permita a empresas, aseguradoras y fuerzas de seguridad compartir información en tiempo real y anticiparse a posibles incidentes.
Propuestas legislativas y regulatorias prioritarias
Para combatir los robos en la cadena logística de manera efectiva, España —y en particular la Región de Murcia— puede inspirarse en políticas ya probadas en otros países europeos.
Una de las medidas más eficaces es la regulación del mercado de metales, que incluye la obligación de licencias para comerciantes, la prohibición de pagos en efectivo por materiales metálicos y un registro detallado de cada transacción. Estas medidas reducen drásticamente la recepción de bienes robados y dificultan la operativa de redes criminales.
La creación de una figura delictiva específica para el llamado freight crime o delito contra la cadena logística. Definirlo legalmente permitiría recopilar estadísticas más precisas, imponer penas ajustadas y crear unidades policiales especializadas en este tipo de crimen.
El registro obligatorio de incidentes. Un sistema nacional o autonómico donde las empresas informen sobre robos de mercancías, en colaboración con aseguradoras y asociaciones sectoriales como TAPA, ayudaría a generar datos fiables y a coordinar respuestas preventivas.
El impulso de aparcamientos seguros y la certificación industrial es una herramienta estratégica. Incentivos como subvenciones o cofinanciación pueden motivar a los polígonos a instalar iluminación, videovigilancia, control de accesos y que los parkings de camiones obtengan certificaciones TAPA/UE, elevando así el nivel de protección.
El control de canales de recepción es vital: supervisar con rigor los mercados secundarios, chatarrerías y plataformas de compraventa impide que la mercancía robada se recicle fácilmente, cerrando uno de los últimos eslabones de la cadena criminal. Combinadas, estas políticas crean un marco integral que refuerza tanto la prevención como la capacidad de reacción ante incidentes logísticos.
Experiencias europeas: lecciones para España y Murcia
La experiencia de varios países europeos demuestra que la combinación de infraestructuras seguras, regulación estricta y cooperación público-privada puede reducir de forma notable los robos en la cadena logística.
Países Bajos se ha consolidado como la referencia europea en seguridad logística gracias a sus polígonos altamente vigilados, estacionamientos certificados y una coordinación policial ejemplar. Alemania destaca por infraestructuras robustas, normas estrictas y una amplia red de Safe & Secure Parking Areas, mientras que Bélgica ha desarrollado corredores logísticos seguros y protocolos de respuesta policial especialmente ágiles. Francia, por su parte, ha reforzado el control en rutas de alto riesgo y ha implementado programas de seguridad específicos en sus principales plataformas logísticas. De estas experiencias europeas se extraer un modelo europeo de buenas prácticas contra el cargo crime.
Estos países muestran que la inversión continua, la profesionalización y la cooperación público-privada sostenida producen descensos visibles en el cargo crime.
Estos modelos ofrecen referencias claras sobre qué funciona y qué no. A partir de ellos, España y, en particular, Murcia pueden identificar medidas realistas y aplicables para reforzar su propia seguridad.
Murcia tiene ante sí una ventana de oportunidad estratégica: si aborda la seguridad desde un enfoque integral —combinando regulaciones modernas, infraestructuras seguras y cooperación institucional— puede convertirse en una referencia nacional para la protección de la cadena de suministro. En tiempos de cadenas globales y mercados exigentes, la seguridad logística no es un coste, sino una inversión que puede decidir la competitividad y el futuro de su economía.



