El juego de la vida
Hoy quiero compartir una reflexión, quizás un poco obvia, pero que vuelve a poner de manifiesto que la Inteligencia Artificial no es algo venido de otro planeta, sino una tecnología desarrollada por los humanos, como tantas otras en nuestra historia. Una tecnología que empezó a gestarse hace más de 25 años y que hoy la disfrutamos. Y es que, la vida es un tablero de juego en el que las personas no tenemos un especial objetivo. Realizamos tareas para ir tirando, sólo intentando darnos aquello que nos produce felicidad. Cada uno a su manera. Cada día, nuevos movimientos y nuevas actividades. Así, a modo de resumen, el resultado es crear nuevas emociones que sean mejores o, simplemente, “virgencica que me quede como estoy”, si no lo son. Pero lo cierto es que la vida es un juego complicado. Y esta etapa que acabo de describir es sólo el primer nivel.
![[Img #11141]](https://elnuevodigitalmurcia.es/upload/images/12_2025/4086_pedreno.jpg)
Y ahora viene la inteligencia artificial para que ganemos tiempo al realizar estas actividades. Y nos gusta, porque el tiempo es lo único que no se vende ni en los supermercados, ni en los estancos, ni en las máquinas expendedoras. Es lo más finito que tenemos y por eso andamos buscando cómo tener más. Por eso nos cuidamos la salud y esas cosas. Y ésta es la situación. Ganamos tiempo usando la inteligencia artificial, pidiéndole resultados que nos llevaría mucho tiempo obtener o que, simplemente, no sabemos cómo resolver. A estas alturas de la película, de una forma u otra, la mayoría ya hemos llegado hasta este segundo nivel del juego.
Pero el juego tiene otro nivel superior. El tercer nivel. Aquí ya estamos hablando de establecer un propósito. Un objetivo y que la tecnología nos lo resuelva. Y aquí entra en juego, lo que se denominan Agentes de Inteligencia Artificial. Son herramientas para avanzar en el juego. Herramientas más sofisticadas y mucho más silenciosas. No hay que estar pidiéndole que nos ayude, como en el nivel dos. Sólo hay que ponerle un propósito y dedicarnos a otra cosa. Aquí no sólo ganamos tiempo, sino también efectividad. Estos agentes son sistemas que interactúan con el resto de las tecnologías (listas de contactos, emails, conversaciones, webs, dispositivos, etc.) y deciden por sí mismos. Se trata de pedirlo todo en un propósito. Definimos el objetivo, describimos la información a la que puede acceder, le decimos qué resultado queremos obtener y le añadimos los soportes digitales que necesitan. Lo lanzamos todo y listo. Nuestro agente inteligente se pone a funcionar sin que nos enteremos. Y nosotros, pues a disfrutar de nuestro tiempo. Ternemos Agentes IA para casi todo. En el ámbito profesional se pueden configurar para ventas, seguimiento de clientes o para tareas administrativas. En el uso doméstico podemos tener agentes de compras de hogar, de organización de las tareas habituales, de gestión de salud personal, de agente de viajes o de creador de contenidos para redes sociales. Y todo ello, sin que estemos encima o lo supervisemos. Una maravilla del ingenio humano. Y ésta es la verdadera revolución del juego. Este nivel es el gran cambio que se va a producir en breve en nuestra sociedad. Y tendremos que esforzarnos para hacernos con estos agentes porque, en nada, aparecerá un cuarto nivel. No les quepa duda.
Linkedin: Juan Luis Pedreño




