El empresario Trinitario Casanova. Tras él, en un montaje fotográfico, el Edificio España en Madrid, que adquirió por 272 millones y poco después vendió por 300 a hoteles RIU
El empresario ‘murciano’ (nacido en Orihuela) Trinitario Casanova se enfrenta a un posible concurso ‘culpable’ por la insolvencia de Trabis Edificación Avanzada, una firma integrada en el Grupo Baraka con domicilio fiscal en Yecla y cuya última sede en la Región se encontraba en el edificio Hispania, en Murcia.
Trabis presentó concurso en julio de 2019 y, pese a su domicilio en la Región, viene siendo tramitado por el Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid, cuya titular, la magistrada Carmen González Suárez, nombró administrador concursal al economista Francisco Tomás Martínez Casado.
El año previo a la presentación del concurso voluntario, Trabis contaba con 80 trabajadores entre fijos y eventuales al inicio del ejercicio, y lo terminó con una plantilla de 56 personas (en 2017 la plantilla media había superado el centenar). Ese año, 2018, presentó una facturación de 30,8 millones de euros, que era un 24% menos que en el año anterior.
Dedicado a la construcción no residencial, el resultado del ejercicio fue de 1,7 millones, frente a 1,9 millones en 2017.
Aun cuando el pasivo de la empresa había descendido un 26% y se situaba en 16,7 millones, Trabis presentó concurso en 2019.
Desde la creación de Trabis en 1999, su administrador era Baraka Global Invest, propiedad de Trinitario Casanova, a través de cuya sociedad ejercía como presidente hasta 2018. En 2019, el 100% de las participaciones traspasaron a nombre de José Antonio Benimelli, quien ya firma la solicitud del concurso. Según el portal Economía Digital, Benimelli era un empleado de Casanova.
Dos meses después del concurso, la juez autoriza la apertura de la fase de liquidación de la empresa y en diciembre del mismo año se aprueba el plan de liquidación propuesta por el administrador concursal. En 2022, el concurso pasó de voluntario a necesario y no fortuito.
Es el propio administrador concursal el que al constituirse la sección sexta de la fase del concurso reclama la calificación de concurso culpable, a la que se han adherido algunos de los acreedores. Esto es, que valoran que la insolvencia de la empresa ha sido causada o agravada por el propietario de la empresa.
En su tramitación que se sigue en el mismo Juzgado de Madrid, y en el que ya ha declarado Trinitario Casanova, el administrador concurso solicita para él una inhabilitación de ocho años para administrar bienes ajenos, además del pago de más de 14 millones de euros a los acreedores.
En la calificación que realizan el administrador concursal y los acreedores se expone que Casanova repartió en 2019 un dividendo de diez millones de euros, traspasó la empresa a su empleado y éste presentó la suspensión de pagos.
Según informa Economía Digital, el principal acreedor de Trabis es el grupo francés Corum, que está representado por el despacho Cuatrecasas, y afirma que el reparto del dividendo a cuenta de diez millones de euros, “supone inequívocamente una salida fraudulenta del patrimonio de Trabis orquestada por Grupo Empresarial Baraka, único beneficiario de la dicha salida patrimonial”.
La sección de Delitos Económicos de la Fiscalía de Madrid también sostiene que la salida de dinero de Trabis es un alzamiento de bienes y que se han detectado irregularidades contables, lo que podría constituir un delito penado con hasta cuatro años de cárcel. El fiscal, en su escrito remitido a la juez, también subraya que se habían detectado “irregularidades contables relevantes” en las cuentas de la constructora Trabis.
El juicio por el proceso se señaló en un primer momento para septiembre de 2024 y tras sucesivos retrasos la última vista se había señalado para este pasado martes 2 de diciembre, día en el que los abogados de Casanova, Baraka y Trabis volvieron a solicitar otro aplazamiento, que no fue admitido y, salvo una decisión contraria, el juicio ha quedado visto para sentencia.



