De celebrarse hoy elecciones, Vox obtendría trece escaños en la Asamblea Regional, cuatro más de los que tiene en la actualidad; en tanto el Partido Popular bajaría de 21 a 19 y el PSOE descendería de trece a once. Por su parte, Podemos desaparecería del parlamento regional y entraría Sumar en coalición con Izquierda Unida con dos diputados, los mismos que ahora tiene Podemos-IU.
En porcentaje, la encuesta elaborada por el Observatorio Español de Estudios Demoscópicos, adscrito a la Facultad de Ciencias Sociales de la UCAM, atribuye a los populares un 37,6% de sufragios (en las autonómicas de mayo de 2023 tuvo el 43,2%), a los socialistas el 23,3% (tuvo el 23,3%), a Vox el 27,2% (17,9%) y a Sumar/IU el 4,1%. La coalición Podemos/IU tuvo hace algo más de dos años el 4,7%.
De esta manera, Vox se convertiría en el segundo partido en el parlamento regional, tanto en diputados como en voto, adelantando al PSOE.
Este sondeo también pronostica un aumento de la abstención hasta el 41,9%, frente al 36,6% registrado en 2023.
Los autores de la encuesta sostienen que los datos de intención de voto autonómico "deben interpretarse en un contexto de tensión política, desgaste institucional y polarización nacional y regional".
El ámbito estatal, indican, se ha caracterizado en este semestre por la confrontación política constante, con un Gobierno nacional sometido a fuertes presiones parlamentarias, entorno de casos de corrupción, debates sobre la estabilidad institucional y un clima mediático altamente polarizado. Ello explica que los líderes nacionales alcancen una notoriedad cercana al 100% pero con valoraciones medias muy bajas. La ciudadanía está informada pero emocionalmente distanciada, produciendo más rechazo que indiferencia. El líder mejor valorado es Núñez Feijóo, con una puntuación media de 4,1 y Pedro Sánchez de 3,8.
Asimismo, afirman que el debate sobre la fiabilidad del voto por correo encuentra un claro reflejo en la encuesta, con casi un 60% de desconfianza, dato ligado a la erosión del consenso democrático y de la legitimidad percibida de los procesos electorales.
El crecimiento de Vox en intención de voto autonómico también es fruto del contexto nacional de desgaste del bipartidismo, donde los discursos de ruptura, seguridad, inmigración y crítica al sistema encuentran mayor receptividad en un electorado cansado y desconfiado.
En la Región de Murcia, el último semestre ha estado dominado por el conflicto territorial del trasvase Tajo-Segura y problemas socioeconómicos estructurales (vivienda, sanidad, empleo y bolsas de personas en situación o riesgo de exclusión social). Es de destacar la percepción mayoritaria de que el trasvase está en riesgo y la valoración muy negativa de su defensa política.
En cuanto al liderazgo regional, aunque el presidente autonómico, Fernando López Miras, mantiene una valoración superior al resto (5 puntos), su aprobado justo refleja un apoyo más institucional que emocional, coherente con un semestre marcado por dificultades de gestión y escaso margen político. Francisco Lucas registra 4,1, José Ángelo Antelo 3,4 y María Marín 3,5.
La crisis de acceso a la vivienda ha estado especialmente visible en el debate público, siendo el principal problema citado, tratándose de una experiencia cotidiana, lo que incrementa la presión social sobre las instituciones. La elevada puntuación de preocupación en sanidad y educación se inserta en un contexto de percepción de deterioro del Estado del bienestar, agravado por debates presupuestarios y sensación de saturación de servicios públicos.