Cuento de Navidad
Pues nada, una Navidad más. Fiestas, turrones, villancicos y esas cosas. Y, por supuesto, siempre el recuerdo de las personas que queremos y que, por circunstancias, este año no pueden estar con nosotros. Y es que, la Navidad es una época llena de nostalgias, pero también de tradiciones. Cada familia decide las suyas. Reconozco que a mí hay una me gusta especialmente. Poner en la televisión, la película que siempre nos trae la Navidad a casa. La que nos evoca los momentos familiares de toda una vida. En mi caso, no tengo duda. Polar Express sigue haciéndome emocionar año tras año. Pero es fundamental que sea en estas fechas, allí donde el espíritu de la Navidad se sienta a ver la película con nosotros.
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Y, si hablamos del espíritu de la Navidad, no puede faltar nuestro querido Charles Dickens. Ese escritor británico que en 1843 escribió su famoso 'Cuento de Navidad'. Una historia versionada en todos sus estilos y formatos. Más de 100 adaptaciones al cine y en más de 50 idiomas. Ese cuento que transcurre en la ciudad de Londres, en la época victoriana del siglo XIX, con el sr. Scrooge como gran protagonista de esta historia. Un anciano avaro y solitario que odiaba la Navidad y a cuantos sentían vivirla con cariño y en familia. Eso fue así hasta que una noche, mientras el viejo dormía, recibió las visitas de los fantasmas de la Navidad, para mostrarle el pasado, el presente y el futuro. El final del cuento ya lo conocen. Todo sentimiento.
Repasando esta historia, me dio por reflexionar, una vez más, acerca de cómo trasladamos esta novela a nuestro mundo digital. Y como esta sección va de inteligencia artificial, pues he querido hacer este ejercicio de comparación de modelos. La pregunta de inicio podría ser ¿qué estamos haciendo con la IA y qué futuro nos espera? Además, si nos vinieran a visitar los fantasmas de la IA ¿qué lección nos enseñarían?
A ver, puestos a imaginar, supongo que primero vendría el 'fantasma de la IA pasada'. Una IA llena de recuerdos y oportunidades que no supimos aprovechar cuando apareció esta tecnología. Una pena pensaba yo. Luego, vendría a visitarnos el 'fantasma de la IA presente'. La alegría de aquéllos que celebran los éxitos de usar la IA, pese a las dificultades que esta tecnología nos pone en el camino. Y luego, como ya supondrán, la visita esperada del 'fantasma de la IA futura'. Si queremos hacer el símil con la novela de Dickens, tocaría ver una IA como esa tecnología que nos estaba condenando a una vida muy solitaria, desconectada del mundo real y de las personas, conectados en cada momento y sin nadie lamentando nuestra soledad. Es una triste adaptación, pero es lo que toca para que todo encaje. Pero, como en todos los cuentos, el final debería acabar bien, pues para eso el futuro con la IA lo estamos escribiendo nosotros mismos. Siguiendo el guion, tocaría despertarse, hacer una reflexión del mensaje de los tres fantasmas y cambiar nuestros hábitos de vida con la IA. Porque nos habremos dado cuenta, como le pasó a nuestro impertérrito anciano, que la vida es maravillosa cuando se comparte con los nuestros. Ya habrá tiempo para desconectar. Pero no cambiemos el rumbo y que la IA futura nos deje seguir disfrutando de nuestras emociones más sociales.
¡Feliz Navidad!
Linkedin: Juan Luis Pedreño



