“Vas a fracasar, quizás”
No se trata solo de hacer crecer los ingresos; se trata de gestionar cada euro con cuidado
Si llegaste hasta aquí, probablemente recuerdes los tres primeros errores fatales que expuse en la primera parte de esta trilogía: el error de no resolver un problema real, el peligro de enamorarse de la idea sin escuchar al mercado y los riesgos de escalar demasiado rápido. Estos son errores que todos conocemos en teoría, pero que se vuelven mucho más reales cuando estás al borde de un colapso y no ves el camino hacia adelante. Sin embargo, hay más trampas en el camino del emprendedor, y hoy abordaré tres errores adicionales que pueden ser igual de devastadores.
Quiero compartir contigo estas historias de lecciones aprendidas. Porque estos errores, aunque difíciles de admitir, son comunes. Y si puedes anticiparlos, quizás tengas una oportunidad de evitarlos.
Error 4: Mala gestión financiera
Comenzar con una buena idea y generar ingresos es un gran primer paso. Pero cuando el dinero empieza a entrar, es fácil caer en la falsa seguridad de que todo marcha bien y que seguirá así. Lo que no sabía en mis comienzos es que generar ingresos no significa necesariamente tener un negocio estable o rentable. Sin un control cuidadoso de los costos, la planificación financiera adecuada y un fondo para emergencias, todo lo construido puede venirse abajo de un día para otro.
Yo estaba tan centrado en el crecimiento que no controlé el flujo de caja ni los gastos. Cada euro que entraba parecía justificar nuevos gastos, inversiones y ampliaciones. Pensé que, si mantenía el impulso, los ingresos cubrirían cualquier problema que pudiera surgir, al fin y al cabo, había margen comercial. Pero entonces, los ingresos se volvieron irregulares, y los gastos ya no podían reducirse de un día para otro. Fue una de las lecciones más duras: la mala gestión financiera puede ser una trampa mortal para un startup. ¡Ojo! ¿Tienes en tu equipo a un financiero?
Un ejemplo cercano de este error es SoundCloud, la famosa plataforma de streaming de música con sede en Alemania. Aunque inicialmente atrajo a millones de usuarios y recaudó importantes fondos, la compañía enfrentó una gran crisis financiera en 2017. El crecimiento desmedido y los altos costos operativos sin un modelo de ingresos claramente rentable casi la llevaron a la bancarrota. SoundCloud logró evitar el colapso gracias a una inyección de capital de emergencia, pero la empresa tuvo que despedir al 40% de su plantilla y reestructurar su modelo para no desaparecer.
No se trata solo de hacer crecer los ingresos; se trata de gestionar cada euro con cuidado. Tener una buena idea y atraer clientes no garantiza el éxito. Lo que he aprendido es que una buena gestión financiera es lo que asegura la supervivencia, incluso cuando el mercado fluctúa.
Error 5: Ignorar el Feedback del Mercado
Otro error fatal que no vi venir fue la falta de escucha al mercado. Cuando tienes una idea clara y sientes que sabes lo que estás haciendo, puede ser fácil caer en la trampa de pensar que el mercado “se adaptará” a tu producto, pensaba “Si soy la mejor, opción, hay que ser imbécil para elegir a la competencia”. Sin embargo, al ignorar el feedback de los primeros clientes, solo logré alejarme cada vez más de lo que ellos realmente querían. Creía que con el tiempo verían el valor de mi producto y se enamorarían de él tanto como yo, pero el mercado no funciona así.
Aprendí a las malas que había pasado por alto las primeras señales de insatisfacción. Algunos usuarios me dieron señales claras de que el producto necesitaba ajustes. Pero, en lugar de adaptar mi producto a esas necesidades, las ignoré, convencido de que mi visión era correcta y suficiente. Confié en mi intuición en lugar de en las opiniones de los usuarios. En lugar de preguntar qué esperaban de mi producto y cómo podía mejorar, me enfoqué en imponer mi idea. Esa rigidez fue uno de mis mayores errores.
Esta 'desconexión' con el mercado la vimos también en el caso de la startup francesa Take Eat Easy, dedicada a la entrega de comida a domicilio, expandió rápidamente sus operaciones en Europa. Sin embargo, no prestó suficiente atención al feedback de los restaurantes y clientes, lo que resultó en problemas operativos y una experiencia de usuario deficiente. La empresa cesó sus operaciones en 2016.
El cliente tiene la última palabra, y el feedback del mercado es una guía invaluable. La rigidez ante las necesidades de los usuarios puede ser una sentencia de muerte. Solo aquellos que escuchan, aprenden y adaptan su producto a lo que el mercado pide pueden sobrevivir y prosperar.
Error 6: No estar preparado para la competencia
El último error que me costó caro fue subestimar a la competencia. Cuando comencé, estaba convencido de que mi producto era único. Sentía que con esa ventaja podría asegurarme un lugar en el mercado sin necesidad de preocuparme mucho por lo que hacían los demás. Pero lo cierto es que, cuando tu idea tiene potencial, la competencia no tarda en aparecer, y si no estás preparado, te verás rápidamente superado. Un mar azul pronto se tiñe de rojo…
Creía que mi ventaja inicial era suficiente. Me confié y dejé de mejorar mi producto, creyendo que mi idea era insuperable. Pero la competencia evolucionó rápido y pronto aparecieron productos que mejoraban lo que yo ofrecía. No investigué ni vigilé a mis competidores. En lugar de ver qué estaban haciendo los demás, me centré solo en mi idea. No estaba preparado para una competencia que se movió mucho más rápido de lo que había imaginado.
El camino del emprendedor es una constante lección de humildad
Un ejemplo de este error es el caso de la empresa española Gowex, que ofrecía servicios de Wi-Fi gratuito en ciudades, experimentó un rápido crecimiento y se posicionó como líder en su sector. Sin embargo, no anticipó la entrada de competidores con modelos de negocio más sostenibles y tecnologías superiores. Además, se descubrió que Gowex había inflado sus cifras financieras, lo que llevó a su colapso en 2014.
Así que nunca subestimes a la competencia. La innovación y la adaptación continua son esenciales para proteger tu lugar en el mercado. No basta con lanzar un buen producto; también es necesario monitorear a los competidores y mejorar continuamente.
Mi reflexión final: Aprender y adaptarse
Estos tres errores me enseñaron que el camino del emprendedor es una constante lección de humildad. Para que una startup sobreviva, necesita algo más que pasión y una idea brillante; requiere una gestión cuidadosa de las finanzas, una escucha activa del cliente y una preparación continua para defenderse de la competencia. Emprender es aprender a adaptarse o arriesgarse a caer. Si puedes anticipar estos errores y aprender de ellos, 'fracasar' será solo una posibilidad más… y no necesariamente la que elijas.
P.D.: Nunca estuve de acuerdo con la frase 'Lo que funciona, no lo cambies'