Sábado, 06 de Septiembre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNMis huesos sueñan con la eternidad
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Manuel Menárguez

Mis huesos sueñan con la eternidad


El jardín amanece abandonado, triste, huele el relente. Al cerrar los ojos, sueño con esas personas que transitaron por este lugar ahora solitario.

 

El sol brilla sobre los colores verdes reñidos y envejecidos de los árboles, que ahora empiezan a reverdecer sus hojas al son de una danza meditativa y recurrente, y como todos los años, han depositado sobre el suelo su último aliento, inexorable como el tiempo, fugaz como el rocío que los vio crecer.

 

Nos asomamos al pasado para comprobar que no fue un sueño, y sumergidos en esa evidencia, vemos transformarse la materia de la que está hecha la naturaleza, proyectándose sin fin. Es su renuncia a morir, nos da una lección de supervivencia, en la que quiere ser su reivindicación contra ese naufragio que nosotros llamamos futuro. 

 

Construimos nuestras decisiones sobre unas sombras que creemos indiferentes al tiempo. Actuamos como si no fuera a llegar ese momento de liberación, que es un tránsito de esperanza y nos lleva a nuestro destino: un espacio fugaz, susurrado apenas, que se funde con el pasado para recorrer el presente y ser olvidado en el futuro. 

 

La soledad nos recuerda, siempre presente, que el miedo a lo desconocido es un frágil paseo por éste nuestro pequeño mundo. Una evocación de otros tiempos soñados, memoria engañada y sustituida por una inquietante reflexión de nuestra voluntad a querer revisar el pasado, ese que quisiéramos cambiar y moldear a nuestra conveniencia y del que somos prisioneros.

 

[Img #8650]

 

 

Desconsuelo profundo de no aceptar esta lección de tránsito, de espacio y tiempo marchito, de transformación de la materia viva. Trágica comedia, salpicada de armonía algunas veces.

 

No somos conscientes de nuestra eternidad, que discurre en la intimidad candente, atrapada en unas horas y en unos días, con la que somos sentenciados por nuestro reloj de insuficiencia. Amargo sufrimiento con desdén disimulado sin saber por qué existes. 

 

Al otro lado los sueños son pensamientos y risas, también olvidos. Y, juntos, vamos de la mano sin saber a dónde, sin ninguna certeza. Nos acompañan pasajeros del silencio en una profunda herida del tiempo. Vamos desapareciendo, buscando el horizonte, allá donde esté.

 

Linkedin: Manuel Menárguez

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