Lunes, 27 de Octubre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNAnécdota políticamente muy incorrecta
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Francisco Martínez Ruiz

Anécdota políticamente muy incorrecta

 

Convendrá la mayoría de los lectores conmigo en que hace 25 o 30 años, y ya no digo más lustros, pues todo el tema este de lo políticamente correcto o incorrecto se abordaba de una manera como más espontánea, desprejuiciada En fin, sin darle demasiadas vueltas a lo correcto o menos correcto.

 

Digo esto porque recordaba el otro día una anécdota oída en la radio, escuchada al amanecer en mis años de opositor, que reúne en sí misma no ya un alejamiento total de lo hoy considerado woke, sino directamente un testimonio del más ortodoxo estilo Torrente, por los términos empleados, las conclusiones, y sus protagonistas.

 

Corrían los primeros años 80 y aún se encontraba plenamente desplegada la Policía Nacional en el País Vasco. El asunto, stricto sensu, consistía en la decisión de un juzgado disponiendo el desmantelamiento de un poblado de chabolas ocupado por personas de… etnia gitana, y ordenando que se llevara a puro y debido efecto por la fuerza pública, y por los medios que la ley le otorga.

 

Por lo que se ve, el enfrentamiento entre los agentes del orden y el colectivo a desalojar fue de cierta intensidad. En esto, se encontraba un reportero de la emisora de radio que le preguntaba al capitán de la Policía Nacional si se habían producido incidentes, a lo que este oficial respondió que los normales, que ellos habían actuado por orden judicial y que habían tenido que emplear medios enérgicos porque (sic)"el personal moreno estaba revolucionado“ y eso, que tuvieron que “entrarles“. Pero cuidando de no sobrepasarse.

 

[Img #4164]

 

Por las inmediaciones del emplazamiento el patriarca del colectivo desalojado, es decir, los gitanos que estaban en las chabolas, el Sr. Vargas, fue localizado por el reportero -que esa mañana echó el día, desde luego-, y se le acercó a preguntarle por cómo había sido el, digamos,  contacto con las fuerzas del orden. Vargas, visiblemente contrariado, se despachó a gusto y (sic): “ Nos han hinchao a palos. Con las porras, tirándonos botes, los churumbeles llorando, tó muy chungo”. Y, dejando muerto al reportero, exclama finalmente “¡Ni que fuéramos negros!".

 

Años después el tema me creo se habría desarrollado dentro de lo muy políticamente correcto y, probablemente, ante el desmantelamiento del poblado chabolista de este colectivo vulnerable, la plataforma antideshaucios habría acudido en su apoyo, instalándose a su vez en el campamento con material Quechua. En el primer contacto con la policía autonómica, habría 22 heridos por parte policial y un detenido del colectivo vulnerable, pero que era sólo vulnerable a tiempo parcial.

 

Me hubiera gustado conocer al Sr. Vargas. ¡Menuda salida tuvo!

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