Inversión de ida y vuelta
Seguramente en tu empresa, a la hora de valorar dónde y cómo invertir recursos económicos, que siempre son limitados, utilizas alguna herramienta financiera o al menos (si eres de la generación 'x', como yo) una hoja de cálculo que ayude en la toma de decisiones.
Desde la perspectiva de la dirección de seguridad de la empresa resulta obligado comprender los factores que contribuyen al retorno de la inversión (ROI) en seguridad patrimonial.
Condensando mucho, el ROI es una herramienta crítica de evaluación económica que mide el rendimiento financiero o los beneficios derivados de una inversión frente a los gastos totales incurridos. Este modelo es relevante en la seguridad, donde las inversiones se dirigen principalmente a proteger el patrimonio, bienes y recursos de las empresas.
A diferencia de otros tipos de inversiones que pueden generar ingresos directamente o como consecuencia de estas, las realizadas en seguridad no generan beneficios directos tangibles e inmediatos, pero son cruciales para prevenir pérdidas potencialmente significativas, como en el caso de si no hay un hipotético beneficio o falta un recurso imprescindible para desarrollar la actividad de la empresa. Por ello el concepto de retorno de inversión en seguridad enfatiza la importancia de cuantificar el valor de las medidas de seguridad a implementar.
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Ahora bien, es imperativo que desde la empresa se comprenda el ROI de seguridad ya que proporciona un marco para evaluar la eficacia y el impacto financiero de las inversiones propuestas desde el departamento de seguridad, lo que permitirá asignar recursos de manera efectiva y proporcionada, maximizando el garantizar la protección del patrimonio empresarial.
Además, aquí interviene la variable 'coste de no inversión', es decir, puede resultar tentador para la dirección de la empresa reducir costes recortando presupuestos de seguridad, la realidad es que el coste de no invertir en seguridad patrimonial puede ser exorbitante. Las consecuencias de una brecha o incidente de seguridad pueden incluir pérdidas financieras significativas, daños irreparables a la reputación y, en casos extremos, el cese de operaciones comerciales.
En última instancia, el mejor retorno de la inversión en seguridad patrimonial no solo será la de evitar pérdidas financieras, sino también la de proteger el valor a largo plazo de la empresa y generar confianza entre todas las partes interesadas.
Ahora bien, siempre hay que considerar un plan estratégico de inversiones en seguridad, destacando las que se aplicarán tras una evaluación exhaustiva que permita determinar la eficacia y el retorno de la inversión de las medidas de seguridad atípicas y periódicas.
Las inversiones atípicas, como la adquisición de equipos de seguridad especializados para situaciones emergentes o la contratación de servicios de consultoría para evaluar vulnerabilidades específicas, requieren un análisis detallado de su impacto y beneficios.
Las inversiones periódicas en seguridad, como mantenimiento de sistemas de seguridad, actualizaciones de tecnología de seguridad, y programas de formación para el personal, son fundamentales para mantener la robustez del plan de seguridad a lo largo del tiempo.
La seguridad patrimonial no debe considerarse simplemente como un gasto operativo, sino como una inversión estratégica que puede generar retornos tangibles e intangibles para una empresa. Al evaluar el ROI de las medidas de seguridad, las empresas podrán tomar decisiones informadas sobre cómo asignar recursos para proteger sus activos y maximizar su rentabilidad a largo plazo.
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