Domingo, 26 de Octubre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNEnsaladas no tan sanas
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Carlos Escolano

Ensaladas no tan sanas


Durante todo el año, pero especialmente en los meses de verano, las ensaladas forman parte de modo universal del día a día de la dieta de los españoles, por su aporte rico en minerales, fibra y agua, refrescando y saciando así a nuestro organismo en días calurosos.

 

De las ensaladas que podemos encontrar en supermercados, destaca la gran popularidad de los formatos preparados en bolsa (80% de la población los consume). Lavados y listos para su consumo rápido, se han convertido en el nuevo fast food 'saludable'.

 

La explosión de ventas de este tipo de ensaladas, esconde sin embargo, un lado no tan sano: un reciente informe de la ONG Justicia Alimentaria, revela que la mayoría de las marcas analizadas (con lechugas de todo tipo, canónigos, escarolas, espinacas, rúcula, kale…) "presentan un cóctel potencialmente peligroso de residuos de pesticidas", por no mencionar los microplásticos que deben contener (al estar húmedamente expuestas al plástico de la bolsa durante días).

 

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En concreto, en el estudio que realizaron, de las 26 marcas analizadas (Florette, Bonduelle, Les Crudettes, Mercadona, Carrefour, Aldi, Lidl…) solo cinco estaban libres de contaminación.

 

Podemos decir por tanto que, presumiblemente, casi todas las ensaladas en bolsa, contienen pesticidas que aunque se encuentren en cantidades por debajo de los límites legales, desconocemos muchas veces el efecto cóctel que supone consumir de media 4-5 residuos químicos a la vez, (en una sola ensalada o pieza de fruta), así como los efectos de estos residuos en el largo plazo.

 

Otro aspecto que llama la atención y que podrán comprobar cuando vayan al supermercado, es la ausencia en el etiquetado de referencia alguna a la presencia o no de pesticidas, y de qué tipo, así como el origen de los componentes de la propia ensalada en cuestión.

 

En cuanto a los límites legales, estos están planteados para evitar una intoxicación en el corto-medio plazo. Pero, hay que tener en cuenta que estos contaminantes son persistentes y acumulativos la mayoría de ellos, por lo que no hay un límite bajo el cual podamos decir que es totalmente  'seguro' o 'inocuo'.

 

Algunos de éstos incluso, están químicamente clasificados como sustancias cancerígenas, mutagénicas o tóxicas para la fertilidad.

 

También es difícil ser conscientes de sus síntomas o efectos, pues son variados e inespecíficos, aunque la mayor parte están relacionados con problemas en el sistema nervioso, endocrino y neurológico, como: problemas cognitivos, desregulación hormonal, malestar neuromuscular, debilidad, cansancio, irritación, depresión, enfermedad degenerativa, cáncer…

 

Por otro lado, como dato adicional sorprende que España, sea el país de Europa que más pesticidas utiliza y uno de los que menos muestras de alimentos evalúa (cinco por cada 100.000 habitantes, frente a 17 por cada 100.000 de la UE)

 

Ante este panorama desolador, la pregunta es evidente: ¿cómo podemos evitar los tóxicos en nuestra ensalada?

 

Les compartiré algunos sencillos consejos, que además no solo vale para ensaladas sino también para las frutas, verduras y legumbres.

 

1.- Comprar alimentos de proximidad que provengan de la Unión Europea. Dónde los controles son mayores que en el resto de continentes y su legislación más restrictiva.

 

2.- Evitar alimentos en la medida de lo posible envueltos en plástico (bandejas, bolsas, recipientes…).

 

3.- Priorizar el consumo de alimentos ecológicos u orgánicos (ambos sin pesticidas), especialmente en productos que suelen llevar más como: arándanos, cerezas, fresas, judías, tomates col, peras, calabacines, pimientos y berenjenas. Ojo no confundir eco con productos bio, que son sólo aquellos que se han cultivado sin modificación genética, pero no sin pesticidas.

 

4.- Descartar los alimentos vegetales con cortes u hoyos en su superficie y descartar las primeras capas/hojas exteriores en lechugas, cebollas, coles. Puesto que una gran cantidad de pesticidas se encuentran en la superficie.

 

5.- Lavar justo antes de su consumo con agua con bicarbonato, y frotar con un paño o papel. Se ha comprobado que lavar solo con agua o con lejía no es efectivo para eliminar una cantidad significativa de pesticidas. El roce mecánico también elimina. De hecho es ideal optar incluso por el cepillado para mayor eficacia. Aunque nunca se podrán eliminar los pesticidas sistémicos del interior del alimento, en caso de que lleven de ese tipo.

 

6.- Pelar la fruta y verdura, y lavarse las manos después, ya que los pesticidas los tendremos en las manos.

 

Ahora les mostraré el otro lado de la moneda, y es que, en defensa de los pesticidas hay que decir que sin su uso, probablemente no habría alimentos suficientes para todos, todo el año.

 

Cuando uno cultiva una única especie, se arriesga a las plagas (y con ello a pérdidas millonarias y a escasez de alimentos) por lo que requiere que haya que controlarlas. Como casi cualquier tecnología, con el tiempo, los pesticidas se han ido haciendo más específicos y menos tóxicos, pero han ido aumentando su uso cada vez más y en mayor cantidad (especialmente en Sudamérica y África, debido en parte a las plagas resistentes).

 

Si bien es cierto, que nada tiene que ver los que se usaban hace 50 años (la mayoría prohibidos por la UE) con los actuales, debemos intentar encontrar una tecnología que sea sostenible con la biodiversidad (que no paramos de perder por culpa de este problema) y ante todo 100% segura para la salud humana.

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odo esto es importante, porque estamos ya en una fase de extinción masiva de determinadas especies animales, y de cada vez más enfermedades crónicas. Estoy convencido de que esta locura colectiva que vivimos hoy día, sólo podrá detenerse si el mundo se vuelve más ecológico, más consciente y usa la tecnología como aliada para alcanzar nuevas formas de producir alimentos saludables.  

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