
La compañía energética Repsol lidera junto a Engie y Enagás una inversión de unos 250 millones de euros en su proyecto ‘Cartagena Large Scale Electrolyze’, la planta de hidrógeno verde planificada en sus instalaciones de Escombreras. Del total de inversión, 155 millones corresponden a una ayuda directa concedida por el ministerio de Transición Ecológica y aprobada el pasado mes de julio por el Consejo de Ministros.
Uno de los problemas que puede retrasar esta planta que suministraría energía limpia a la refinería es la falta de agua de la que extraer las moléculas de hidrógeno. Los cálculos de la energética establecen que sería preciso al menos un hectómetro de agua tratada al año.
La solución puede llegar de la desaladora que la firma Recursos Hídricos del Levante proyecta en la zona, con capacidad para cerca de 26 hectómetros cúbicos. Los promotores del proyecto son los empresarios murcianos que participan con un capital minoritario en la actual desaladora de Escombreras, liderada por ACS y alquilada a la Comunidad Autónoma.
Recursos Hídricos del Levante ya cuenta con el visto bueno de Transición Ecológica a la desaladora, si bien el Ministerio proponía que esta nueva instalación compartiera con la existente en la zona el emisario submarino para la descarga de la salmuera.
La Comunidad Autónoma, inquilina de la desaladora de ACS, no ve con buenos ojos esta ‘colaboración’ y si bien su negativa no es rotunda recela del proyecto, por lo que sus promotores han debido retomar el plan inicial y construir su propio emisor, lo que está retrasando toda la operación, cuyo primer beneficiario es Repsol para su planta de hidrógeno verde.