
La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos, UPTA, estima aproximadamente el 10% de los trabajadores autónomos en España (unos 340.000, de los que 10.000 serían en la Región de Murcia) son falsos autónomos, lo que supone una cifra preocupante para la economía y el sistema de cotizaciones de la Seguridad Social. El fenómeno, que inicialmente se concentraba en sectores como el reparto de comida a través de plataformas digitales, se ha expandido a otras áreas profesionales, afectando a campos como la salud, la educación, la construcción y otros profesionales cualificados. Solo en los últimos dos años, los sectores de alta cualificación han incorporado más de 40.000 profesionales autónomos en el conjunto de España.
Sectores como la salud, en especial enfermeros, médicos, fisioterapeutas y podólogos, están siendo cada vez más afectados. Muchos de estos profesionales sanitarios deberían estar contratados como asalariados por empresas o centros clínicos, pero se les contrata como autónomos, lo que vulneraría sus derechos laborales. En el ámbito educativo, especialmente en centros privados y empresas de formación para adultos, los docentes, que en el pasado debían ser contratados como asalariados trabajan como autónomos, lo que también ha incrementado el número de falsos autónomos en este sector. En cuanto a los servicios jurídicos y actividades profesionales como economistas, arquitectos, aparejadores, tasadores están contratando profesionales como autónomos en lugar de asalariados. Esta situación está generando un grave perjuicio económico a los profesionales autónomos que ejercen su actividad de forma legal y perjudica gravemente el sistema de cotizaciones al sistema público de Seguridad Social.
El fenómeno de la ‘glovolización’ (en referencia a la empresa de entregas a domicilio) del trabajo autónomo, inicialmente asociado a este tipo de plataformas, se ha extendido a otros sectores de servicios, como la construcción y el transporte de mercancías fraccionadas. Repartidores en furgonetas y trabajadores en la construcción están siendo contratados como autónomos, cuando, en realidad, desempeñan funciones propias de empleados asalariados. Con el único propósito por parte de los empresarios de evitar cotizaciones a la Seguridad Social y responsabilidades con los asalariados.