El antiliderazgo de Donald Trump
He comentado en no pocas ocasiones que el liderazgo efectivo es ahora más necesario que nunca para conseguir los objetivos corporativos.
Los CEOs y directivos tienen la responsabilidad de tomar decisiones estratégicas, inspirar a sus equipos y construir organizaciones sostenibles a largo plazo. Sin embargo, hay figuras públicas cuya gestión nos ofrece un manual de lo que no se debe hacer al liderar.
Un caso emblemático es Donald Trump, cuya forma de dirigir, tanto en el ámbito político como en sus negocios, representa una antítesis de los principios esenciales del liderazgo corporativo moderno. No hay semana que Trump no busque un titular con alguna decisión inesperada, casi “vomitada”.
¿Qué lecciones pueden extraerse del estilo de liderazgo de Trump?
Lección 1. Liderazgo sin visión: decisiones impulsivas e inconsistentes.
Uno de los pilares del liderazgo es la capacidad de tomar decisiones estratégicas basadas en datos, previsión y un propósito claro. Sin embargo, Trump es conocido por sus decisiones impulsivas, que cambian de rumbo de manera abrupta.
Ejemplo de ello es su política de aranceles: China, México, Canadá, Unión Europea. Otro ejemplo es su política exterior: ha pasado de establecer las mayores penalizaciones al gobierno de Maduro a dejar ver que “no es tan mal dirigente”
En el mundo empresarial, este tipo de comportamiento genera incertidumbre, disminuye la confianza en el liderazgo y debilita la cultura corporativa.
Un líder debe basar sus decisiones en análisis racionales, mantener una dirección coherente y evitar cambios bruscos sin una justificación clara. La consistencia genera confianza y permite que los equipos trabajen con seguridad y propósito.
Lección 2. Promesas vacías: la falta de credibilidad destruye la confianza
El liderazgo requiere integridad. Cuando un líder hace promesas que no cumple, pierde credibilidad y la confianza de su equipo. Trump es conocido por su tendencia a hacer afirmaciones sin sustento, desde promesas de crecimiento económico hasta compromisos políticos que nunca se materializaron. Ejemplo de esto es la ocurrencia del “Gaza D´or”, donde ni su equipo más cercano conocía que iba a lanzar este anuncio y que, toda la comunidad internacional ha indicado que se trata de un disparate.
En una organización, la falta de credibilidad de un líder puede generar desmotivación en los empleados y pérdida de confianza en los inversionistas.
La confianza es un activo invaluable. Un líder debe hablar con honestidad, establecer expectativas realistas y cumplir con sus compromisos. Sin confianza, el liderazgo se convierte en una fachada sin sustancia.
Lección 3. Egocentrismo y falta de trabajo en equipo
Un buen líder entiende que su éxito depende de su equipo. Sin embargo, Trump ha demostrado una tendencia a atribuirse logros individuales, desestimando las contribuciones de su equipo. Su constante necesidad de protagonismo genera un ambiente donde la cooperación y la sinergia se ven afectadas.
En una empresa, cuando un CEO actúa como si él fuera la única razón del éxito, desmotiva a su equipo, desincentiva la creatividad y fomenta una cultura de individualismo en lugar de colaboración.
Un líder debe reconocer y valorar el talento de su equipo. Fomentar la colaboración, delegar responsabilidades y dar crédito a quienes lo merecen fortalece la motivación y mejora la productividad.
Lección 4. La popularidad no es liderazgo
Ser un líder no significa ser el más carismático o el más popular. Trump ha buscado constantemente la aprobación del público a través de discursos provocativos y decisiones destinadas más a generar impacto mediático que a lograr resultados reales.
En el mundo empresarial, un CEO que prioriza su imagen sobre los objetivos estratégicos de la compañía pone en riesgo la sostenibilidad del negocio. La toma de decisiones basada en lo que es más atractivo en el corto plazo, en lugar de lo que es más beneficioso en el largo plazo, puede llevar a un desastre organizacional.
Un buen líder no busca ser popular, sino respetado. La toma de decisiones debe estar basada en la visión estratégica, no en el deseo de ganar aprobación inmediata.
Lección 5. Falta de empatía y liderazgo autoritario
El liderazgo efectivo implica comprender las necesidades de los equipos y actuar con empatía. Trump, en múltiples ocasiones, ha demostrado un estilo de liderazgo autoritario, donde las decisiones se toman sin consultar, sin escuchar y sin considerar el impacto en los involucrados.
Un CEO que ignora a su equipo y no escucha diferentes perspectivas está condenado a tomar malas decisiones. La innovación y el crecimiento provienen de un liderazgo que fomenta el debate, el aprendizaje y la adaptabilidad.
La empatía y la escucha activa son esenciales en el liderazgo moderno. Crear un entorno donde los empleados se sientan valorados y escuchados fortalece la cultura organizacional y mejora el desempeño.
El liderazgo no se trata de actuar como un jefe autoritario, sino de inspirar, guiar y potenciar el talento de un equipo. La gestión de Trump ofrece una serie de errores clave que los CEOs y directivos deben evitar para construir empresas sostenibles y equipos motivados.
Si queremos organizaciones resilientes, innovadoras y exitosas, debemos apostar por un liderazgo basado en la visión estratégica, la confianza, la empatía y el trabajo en equipo.
Como dice mi gran amigo Juan José Almagro “necesitamos más referentes y menos influencers”
Liderar no es imponer, es inspirar.
Linkedin: Lucio Fernández