Sam Cooke: el cocinero más grande de la ciudad
Una mañana, Times Square, en Nueva York, amaneció con una inmensa pancarta publicitaria, donde se leía la siguiente pregunta: "¿Quién es el Cocinero más grande de la ciudad?" ('Who's the biggest Cook in Town?'). Unos dias después, el cartel se cambió por otro, todavía más grande, con una gran fotografía, y un nuevo mensaje que decía: "Sam es el Cooke más grande de la ciudad" ('Sam's the biggest Cooke in town').
El agente de Sam Cooke, declaró entonces: "En resumen, Sam está molesto porque todavía no ha triunfado en la noche de Nueva York y quiere que la gente sepa que está aquí"
Además de este carácter 'insolente', Sam Cooke es uno de los grandes clásicos del soul. Con una voz excepcional, fuerte y a la vez melódica, que sabía controlar y utilizar a la perfección. Además, su estilo es muy personal, con canciones Soul, asequibles para oyentes de raza blanca, pero sin perder su capacidad para gustar también a afroamericanos. Esta capacidad para llegar a ambos mercados es lo que se conocía, en el ámbito n comercial y artístico como 'crossover' del que fue el principal pionero.
Nacido en Clarksdale (Misisipi) e hijo de un predicador baptista, que emigró con su familia a Chicago cuando Sam era un niño, Samuel Cook (que así era su nombre real) se educó musicalmente en el coro gospel de la iglesia de su padre y comenzó su carrera con un grupo llamado Soul Stirrers, con quienes obtuvo cierto éxito en su ámbito entre 1951 y 1956, para a partir de ese año, empezar a cantar temas más mundanos
Sus grandes éxitos comenzaron en 1957, año en que grabó el éxito 'You send me' y a partir de ahí, hasta el 65 llego a encadenar 29 top 40 en las listas de pop americanas y 34 en las listas de R&B.
Era, también, una persona comprometida en la lucha por los derechos civiles, amigo de personajes como Martin Luther King, Malcolm X, o Muhammad Ali con quien llegó a grabar una canción). Creo también un sello musical, SAR records, en el que daba prioridad a artistas negros que, de otra manera, no hubieran podido desarrollar su carrera.
En este contexto, y tras escuchar el éxito antibélico de Bob Dylan 'Blowin’ in the Wind', concibió la idea de poner su enorme talento a funcionar y componer una canción que reflejara su propio compromiso, un himno en favor de la igualdad de blancos y negros, que alcanzó un enorme éxito, el maravilloso 'A Change is Gonna Come', una canción que, finalmente victoriosa, llegó a ser citada por el presidente Barak Obama en su discurso de toma de posesión, en 2009. Tardó en llegar, pero al final el cambio está aquí, dijo el primer presidente negro de los Estados Unidos de América.
Sam Cooke era también conocido por su turbulenta vida privada y amorosa, con continuos episodios de infidelidad, y problemas con alcohol y drogas, entre otros escándalos.
Fruto de ello, y justo cuando, tras firmar con RCA (la compañía con la que había dado el salto también Elvis) y se había decidió a editar en single su himno antiracista, fue asesinado a balazos en el Hacienda Motel de Los Ángeles, luego de abandonar un restaurante en compañía de una joven, la madrugada del 11 de diciembre de 1964, en circunstancias más que extrañas y que han dado lugar a todo tipo de especulaciones y teorías de la conspiración. Sam tenía 33 años.
Al parecer, y en este Motel, Sam Cooke salió prácticamente desnudo en persecución de una mujer (que había llamado a la policía acusándolo de intento de abuso) que en realidad le había robado su ropa y su dinero. Asustada, la recepcionista del lugar, le disparó. “Señora, me ha disparado”, exclamó el artista justo antes de caer al suelo para ya nunca levantarse.
La policía, como era costumbre en estos casos de asesinatos truculentos de gente de color, realizó una investigación de carácter rutinario, una autopsia muy mejorable y el caso se cerró muy poco después, el 17 de diciembre de 1964, con una sentencia judicial. Tras analizar las pruebas, escuchar a los testigos, a la acusada y deliberar durante quince minutos, el jurado consideró probado que Bertha Franklin, la recepcionista, había disparado a Sam Cooke. Sin embargo, según el veredicto, lo había hecho en defensa propia, y la mujer salió en libertad.
Según testigos parece que, esa noche, Sam Cooke, que estaba en un gran momento de popularidad y de éxito económico, llevaba consigo cinco mil dólares de los que no se volvió a saber.
Resulta también muy extraño, en esas circunstancias, que Sam acudiera en su Ferrari y con ese dineral encima a un Motel de mala muerte (nunca mejor dicho, valga el humor negro) de los de tres dólares la habitación.
Estas dudas han llevada a especular con la muerte del cantante, con teorías como que pudo ser asesinado por mafiosos debido al clásico tema de deudas (o contratados por su propio manager, con el que mantenía una disputa por unos derechos comerciales) , o que su muerte, dado su compromiso político y social se puede asemejar a los de otros líderes asesinados como Martin Luther King Jr., Malcolm X, o el líder de las Panteras Negras Fred Hampton. Es decir, para callar su voz.
El productor de Atlantic Records Jerry Wexler: dijo de él: “es el mejor cantante que haya vivido jamás. Tenía un control absoluto, utilizaba su voz como un instrumento, era su sello personal, todo en él era perfecto. Fue un caso único e irrepetible”.
Linkedin: Rafael García-Purriños