Domingo, 07 de Septiembre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNSilvio partido en dos
  • Buscar
Francisco Martínez Ruiz

Silvio partido en dos

 

Me convoca nuestro columnista musical, Rafael Garcia-Purriños, a abordar la figura de Silvio Rodríguez. Ambos compartimos culto por este cantautor cubano que ha dado la que es posiblemente la discografía más fecunda en habla hispana con más de 500 canciones.

 

De antemano hay que señalar que entre la isla caribeña y los españoles siempre ha existido una corriente de simpatía, incluso en los tiempos en que los regímenes de ambos lados eran antagonistas, y siguen siéndolo.

 

Al cabo, Silvio Rodríguez, con alguna etapa inicial crítica con el régimen castrista, ha sido y lo es hasta la fecha, un activo militante y propagandista del régimen comunista cubano. En su magnífico artículo, Garcia-Purriños, nos hace un repaso inadvertido sobre sus principales canciones. Y es que es así. Inolvidables canciones de amor, reivindicaciones políticas magistralmente expuestas, desde los barcos de reeducación marxista, como Playa Girón, a la elevación de la dignidad nacional cubana en El Necio.

 

Desde las dudas en Debo partirme en dos, hasta la participación del régimen castrista en el conflicto de Angola. Todos estos apuntes incluyen reflexiones sobre su adolescencia, como en Me veo claramente, para también invocar el internacionalismo proletario en, por ejemplo, Vamos a andar……Amor, revolución, futuro, dignidad nacional, mientras lanza una de sus canciones más escuchadas, Ojalá, dirigida al vecino del norte.

 

[Img #9137]

 

Pero, parafraseando su canción Hoy mi deber era, no me toca a mí glosar su extraordinario repertorio de muy buenas canciones. Me toca una labor difícil. Escuchar a Silvio Rodríguez, impregnado de revolución o, lo que es lo mismo, de ausencia de derechos humanos y pobreza, se me presenta contradictorio. Cómo puede una sensibilidad como la suya, ¿cómo puede un torrente tan inagotable de sensaciones, de acierto en la elección de la palabra adecuada, de honradez, servir a un régimen que cierta y definitivamente, ha hecho trizas al pueblo cubano?

 

Cómo se explican, y justifican, las acciones de comercialización de la revolución apoyando dictaduras comunistas en Sudamérica o, en su momento, en la República Democrática (sic) Alemana? ¿De qué manera una mente libre y capaz de escribir y cantar lo que este gigante ha escrito y cantado se compadece con la idolatría a un dictador (Te molesta mi amor)?

 

Y seguir haciéndolo con casi 78 años, tras ver como hermanos suyos, como Pablo Milanés se distanciaban de lo que no era, y es, sino una dictadura disecada.

 

No encuentro otra explicación que la del reconocimiento de quien se mantiene firme en las convicciones, por cuestionables que sean para algunos. Por cuestionables que deberían ser para él mismo.

 

En tiempos líquidos y relativistas donde todo se explica, y nada se entiende, no vamos sobrados de figuras gigantes. Silvio es una de ellas. ¿Podría haber compuesto toda su obra en otro contexto? No lo sabemos.

 

Lo cierto es que la aproximación al personaje obliga a partirse en dos. Y le aseguro a los lectores que este dilema no me perturba.

 

 Me quedo con Silvio, aunque deba partirme en dos.

 

Linkedin: Francisco Martínez Ruiz

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.