Domingo, 07 de Septiembre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNEstadística y vida
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María Belén Albaladejo

Estadística y vida

 

No ha pasado mucho tiempo desde que mi cabeza, con la neurona activa en ese momento, identificó que la moda estadística es el origen del  “estar de moda” de la calle. Tuve un subidón virtual de CI. Para que luego digan que las matemáticas son inútiles.

 

La moda es lo que vas viendo a diestro y siniestro. Ese factor que, en estadística, se repite más. Da igual que  sean cosas, conceptos, viajes, ilusiones, horteradas, estupideces, etc. De un día para otro están y de un otro para un día dejan de estar.

 

Tengo muy claro que llegué algo tarde a la vida y, por lo general, también llego tarde a las modas. ¡Cuando yo vengo, el mundo va! Y mira que me esfuerzo por estar al día, pero hay algo que me impide detectar el principio de una moda, un enanito burlón o un despiste genético. Quizá “mi todo yo” sea más de medidas de dispersión, varianza o desviación típica, que de centralización.

 

Vergonzoso fue mi desembarco en el mundo zapato snaker. Yo, que venía de mi vida laboral del más puro y estiloso zapato Oxford, de algún castellano finísimo, de botines con pedigrí; de mis devaneos deportivos con “bambos”; de mi paseos por bares con mis Valverde del Camino y de alguna boda con un discreto stileto, me vi enredada en comprarme una cosa con brillos, remaches, cordoneras falsas, cremallera escondida, por aquello de que eran cómodas y sobre todo, sobre todo, repito, porque estaban súper de moda…

 

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No paraba de ver personas con este tipo de calzado por la calle y me dije: “Para trabajo no lo veo. Ahora que me he largado, pueden estar bien”.

 

Justo cuando ya portaba yo eso y andaba por la ciudad con cierta chulería y con gafas de sol para protegerme del encandile que emanaba de mis pies… ¡Comencé a dejar de verlos adornando los pies de las demás! Ahora eran otros modelos con menos tachuelas y bordados varios, con plataformas de 20 cm que, como no renuncie a la moda y me vea comprando unos así, los voy a tener que acompañar con un par de palos de marcha nórdica para mantener el equilibrio.

 

Nada. Nada de lo que pueda hacer me lleva a situarme en las medidas de centralización. No me arrimo  a la media ni a la mediana y eso que, esta última, no es sensible a la presencia de datos atípicos o extremos, datos en  los que yo debo ser capitana general.

 

Me veo más en medidas de dispersión, una varianza elevada con datos muy diferenciados de la media  y una desviación típica alta con cifras alejadas de las esperables.

 

En todo ando en dispersión manifiesta. ¿Me preocupa? Salvo algún ridículo momentáneo que me pueda sacar los colores por pillarme volando bajo, ya ni me importa ni me preocupa en absoluto.

 

Es más, estoy orgullosa de mi posición dispersa. Lo que está de moda me resulta aterrador. Insultos, falta de solidaridad, deshumanización, egoísmo, soberbia, chulería manifiesta, sonrisas maléficas por la caída en desgracia del vecino, envidia del bien ajeno, petulancia ridícula, ansia de dinero y postín, zafiedad orgullosa, abuso de lo público, dedos amenazantes, “perfectos” con las puertas cerradas a cualquier variación.

 

Es más, estoy orgullosa de mi posición dispersa. Ir de rojo cuando se lleva el verde. Leer cuando la moda dicta ver reels de esos, mini vídeos de tik tok y  “píldoras” de información sesgada. Sonreír por la calle cuando la mayoría va con gorra de esas con visera ocultando sus ojos. Sentirme imbécil por creer en personas que postulan  el bien común solo de pacotilla. No creerme a los cazadores de votos sembrando pánico cuando la moda es seguirlos como siervos ignorantes.

 

Es más, estoy orgullosa de mi posición dispersa. Ni siquiera me veo  en medidas de posición. Vete tú a saber quién coincidiría conmigo en algún percentil, cuartil, quintil o decil.

 

Ando en medidas armamentísticas basadas en la creencia del ser humano. No llevo puñales ni drones. Me armo de esperanza, confianza, aliento y fe en la especie. Tenemos que revisar nuestros ídolos como sociedad pero ya.

 

Todo esto por comprarme unos snaker… ¿o no?

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