Cuentos infantiles
Hace poco, el famoso mito de la caverna de Platón me inspiró para escribir el paralelismo de esa narrativa filosófica, con el funcionamiento de la inteligencia artificial. Ya ven, épocas distintas, temas diferentes, pero con una interconexión asombrosa. Porque, cada vez más, esta tecnología nos recuerda a otros aspectos de la vida cotidiana. Y es que, la IA funciona movida por algoritmos de entrenamiento que, a su vez, se basan en el comportamiento del sistema humano, construido en base al aprendizaje. En realidad, es una obviedad. La IA surge de aquellas famosas teorías de aprendizaje de Piaget y su traslación tecnológica a las redes neuronales artificiales, luego llamada inteligencia artificial, como ya nos recordaron los premios Nobel de física del 2024.
Y, claro está, vivir en un mundo donde funcionamos según lo que vamos aprendiendo de las experiencias diarias, a mí personalmente, me trae a la cabeza otros muchos paralelismos. Hoy me vuelve a pasar lo mismo. Las luces navideñas ya empiezan a encenderse en nuestras ciudades. Igual es un poco pronto, pero oigan, estos adornos luminosos se destinan al asombro de los menores y, especialmente, a las compras de los mayores. Que parece se anima uno más a entrar en los comercios, con tanta fiesta de luz, color y villancicos. Fechas de luces, pero también de cuentos navideños. Cada año un nuevo catálogo de películas y cuentos de la navidad, que parecen inagotables. Y es aquí donde me voy a detener, en los cuentos. Porque la visión de las historias fabricadas, fundamentalmente, para un público infantil, me lleva a reflexionar en su semejanza con el funcionamiento de la IA.
![[Img #11011]](https://elnuevodigitalmurcia.es/upload/images/11_2025/768_pinocho.jpg)
Empezaré por 'Aladdin'. Todos recordamos este cuento, que hemos disfrutado en cine y televisión en sus múltiples versiones. El gran protagonista, un genio capaz de conceder deseos, al más puro estilo ChatGpt. Tan parecido que, como el prompt o deseo pedido no fuese muy concreto, el deseo concedido terminaba siendo algo inesperado. Y, además, para mayor similitud con la IA generativa y sus sesgos para evitar riesgos, al genio no se le puede pedir cualquier deseo. Hay límites. Continuaré con 'Pinocho'. Ese personaje artificial, construido de madera por nuestro entrañable carpintero Gepeto. Un muñeco que quería ser un niño de verdad, con la misma apariencia, sentimientos y comportamientos, pero muy frágil por su condición artificial. Y si hablamos de modelos a elegir, aquí tenemos a 'Los Tres Cerditos'. Tres modelos de funcionamiento. Tres tipos de casa diferentes. Desde la más endeble, de paja, pero más barata, hasta la más robusta, de ladrillo, pero más cara y con una supervisión mayor del resultado que se pretende obtener. La selección y la apuesta del modelo a elegir a la hora de incorporar la IA la empresa es igual de importante que en el cuento.
Y termino con 'Alicia en el país de las maravillas'. Aquí vemos un mundo alternativo. Un algoritmo que crea otra realidad en la que nos invitan a pasar y en la que no sabemos movernos bien. Porque resulta que es demasiado artificial para lo aprendido hasta ahora. El nervioso conejo blanco con su reloj, la tetera y y la mesa de té eterna, la celebración del día del no cumpleaños, la puerta diminuta de acceso al gran jardín o el hongo de la oruga ¿Realidades o alucinaciones?
Linkedin: Juan Luis Pedreño




