Con la vista puesta en el 8M, charlando con… Eva Franco Bastida
Las mujeres tenemos que ejercer el inmenso poder que supone educar a nuestros hijos en la igualdad y dar ejemplo
Licenciada en Derecho por la Universidad de Murcia y máster del Instituto de Empresa, para Eva Franco (Murcia, 1974) su vida siempre ha estado ligada al mundo de la comunicación, primero desde los dos principales medios regionales, La Opinión y La Verdad, y después en el mundo de la empresa como directora de Comunicación de Hidrogea, sociedad que pertenece a Veolia, referente mundial en agua, energía y residuos, y buque insignia en la aplicación de procesos y políticas medioambientales y sostenibles. Actualmente es, además, responsable de las políticas de Sostenibilidad y Acción Social de su empresa.
Murciana y defensora del gran valor de la riqueza histórica, medioambiental, económica y climática de la Región, cree que la autocrítica es el primer paso para mejorar y avanzar.
“En temas de igualdad hemos avanzado mucho en los últimos veinte años. Se ha hecho un esfuerzo social importante y creo, sinceramente, que se ha mejorado mucho la percepción del papel de la mujer en la sociedad, en el mundo laboral y en la familia. En ocasiones ha sido a costa de situaciones y decisiones exageradas y desproporcionadas que nada tiene que ver con la realidad, pero a veces, cuando se está tan abajo, es necesario subir demasiado para luego llegar a un punto de equilibrio”, explica.
Durante veinte años trabajó en la sección de Deportes de La Opinión y de La Verdad y realizó un trabajo en el que fue la única mujer, lo que no le impidió convertirse en un referente en la comunicación deportiva de la Región.
.“Abrirme hueco y que me respetaran profesionalmente en un sector donde solo había hombres fue muy complicado y requirió un esfuerzo extra que no hubiera sido necesario si no hubiera sido mujer”, cuenta sobre su experiencia y añade que “nunca hubiera podido realizar este trabajo ni ir asumiendo responsabilidades si un hombre no me hubiera dado la oportunidad”.
"Por eso me parece un error no contar con ellos para este proceso de Igualdad, porque en su poder está más del 50% para alcanzar el objetivo. Están ahí, ocupan los cargos más relevantes y son una pieza importante para lograr el cambio. Si ellos no se lo creen, no llegaremos a lograr la igualdad real”.
Eva Franco continúa explicando que “no estoy en contra del feminismo en la calle, pero creo que la igualdad verdadera es una lucha continuada que se consigue en el día a día, con trabajo y esfuerzo. Estamos en un punto donde la mentalidad social y los estereotipos de la calle tienen que avanzar tanto como las normas y las leyes”.
Y cree que el principal problema es la conciliación entre vida familiar y laboral cuando hay hijos. Explica que “los hijos necesitan tiempo y por suerte la conciliación es cada vez mayor en las empresas, Hidrogea es todo un ejemplo, pero el problema no es de regulación, es de mentalidad. De compartir responsabilidades entre hombres y mujeres y de entender que renunciar a la vida profesional por cuidar de los hijos no tiene que recaer siempre en las mujeres”.
“Todo se complica cuando las mujeres alcanzan un cargo directivo y de responsabilidad, porque ahí no hay horario, ni días, el trabajo no se acaba a una hora concreta, hay que viajar, estar fuera de casa y si no tienes un marido que te apoye o familia detrás, es imposible para una mujer competir laboralmente con los hombres que ocupan ese mismo cargo. Porque en general, ellos no tienen horario para volver a casa, ni para ir al supermercado, ni para preparar el disfraz de los hijos para la función del colegio. En mi caso tengo una hija con custodia única y si no fuera por mis padres sería imposible llegar a todo”.
“Yo creo en el poder inmenso que se nos ha dado al género femenino y confío en que sepamos canalizarlo para hacer una sociedad mejor y más justa, llena de oportunidades para todos”.
Apuesta por seguir avanzando desde “posiciones moderadas” y cree que si no lo hemos hecho más rápido ha sido, en una parte por las mujeres, porque nosotras tenemos el poder de educar a nuestros hijos, es un poder inmenso que no hemos sabido utilizar.
Si nosotras educamos en la igualdad a hijos e hijas, les enseñamos que la responsabilidad es de ambos, les enseñamos a respetar, a compartir obligaciones y a que los comportamientos sociales que valen para los hombres también son válidos para las mujeres, daremos un impulso importante a esta reivindicación.
“Las mujeres tenemos que ejercer este poder en la educación de nuestros hijos y también en la relación con nuestras parejas, porque lo que los hijos ven en casa pueden normalizarlo y aplicarlo en sus vidas pensando que es normal”.