Los mitos de la felicidad
Las demandas de la vida cotidiana a menudo parecen abrumadoras. Estamos inmersos en una vorágine de prisas, tensiones, “no tengo tiempo”. La búsqueda de la felicidad se ha convertido en un objetivo subestimado o incluso despreciado por algunos. Lo que muchos pasan por alto es que la felicidad no es simplemente un estado emocional efímero, sino un elemento fundamental de nuestro bienestar físico, mental y emocional tanto en la vida personal como profesional.
Sin embargo, debemos tener clara una cosa: no se puede ser feliz de manera permanente y la felicidad no se puede imponer. En contra de esto, sí podemos trabajar nuestro bienestar y entender que siempre hay una mejor manera de mirar a nuestro alrededor.
La ciencia ha dedicado un gran esfuerzo a comprender la felicidad y los factores que la influyen. Esta nueva área de investigación, conocida como psicología positiva, ha arrojado luz sobre cómo podemos cultivar el bienestar y vivir una vida más plena.
Uno de los descubrimientos más importantes de la psicología positiva es que la felicidad no es un estado pasajero, sino que se trata de una disposición duradera que podemos desarrollar. Esto significa que, si bien todos experimentamos emociones positivas y negativas a lo largo de la vida, podemos aprender a enfocarnos en lo positivo y construir una perspectiva más optimista.
El estudio del Harvard Grant Study, que comenzó en 1938, siguió la vida de 724 hombres durante más de 70 años. Los resultados encontraron que las personas que eran felices en su juventud tenían más probabilidades de vivir una vida larga y saludable.
La Universidad de Wisconsin-Madison, siguió a más de 15.000 personas durante más de 30 años. Los resultados encontraron que las personas que eran felices tenían un menor riesgo de morir por enfermedades como la diabetes y la enfermedad cardíaca.
La Universidad de Sydney, siguió a más de 700 personas durante más de 20 años. Los resultados encontraron que las personas que eran felices tenían más probabilidades de ser exitosas en sus carreras y tener relaciones satisfactorias.
La ciencia ha demostrado que ser feliz es beneficioso para el ser humano, pero también que no se puede ser feliz de manera permanente. Nos agarramos, en ocasiones, a creencias y conceptos que nos refuerzan de manera equivocada en nuestras percepciones. Creencias que nos llevan a la frustración si no se realizan. Yo las llamo los mitos de la felicidad.
Mito 1. Ser feliz no depende de mi
Sonja Lyubomirsky, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de California en Riverside y summa cum laude por la Universidad de Harvard identificó los factores de la felicidad que resumió en 3: genética, entorno y actitud.
La genética forma una parte fundamental de nuestro comportamiento. Hay personas que están más predispuestas a ser felices y otras que no. Todos tenemos ejemplos en nuestra cabeza de ambos casos.
El entorno condiciona nuestro estado de ánimo. Lo que sucede a nuestra alrededor hace que podamos ser más o menos felices. No es lo mismo recibir una noticia positiva que una negativa.
Estos dos factores (genética y entorno) son externos a nosotros y no podemos controlarlos. Pero el tercero, la actitud, sí depende 100% de cada uno de nosotros. Una actitud positiva nos ayuda a filtrar las experiencias negativas y enfocarnos en los aspectos positivos de la vida.
Irene Villa, víctima de terrorismo, tiene una frase muy reveladora “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”. El dolor no puedes controlarlo, pero sí el sufrimiento.
Conclusión: la felicidad sí depende de tí, depende de tu actitud que es lo que puedes controlar.
Mito 2. Todo es posible.
Seguro que has escuchado alguna vez la frase “Querer es poder” o “Si quieres, puedes”. Ante esto te propongo una cosa:
Persigue con todas tus fuerzas el objetivo de ser el empresario más importante de España y en un mes me dices cómo te ha ido. O, si juegas a algún deporte, ser el nº1 en un año o en dos, en cinco.
Por pura probabilidad, habrá un porcentaje que rozará en 99,9999% que no lo conseguirá.
No siempre que quieres puedes. Pero si cambiamos el orden de algunas palabras quizás tenga más sentido: Siempre que puedes, quieres.
Volvemos a la actitud. Todas las cosas positivas que te han pasado en la vida es porque querías conseguirlas, te habías enfocado en conseguirlas y, algunas, solo algunas, se hicieron realidad.
No mires si el vaso está medio lleno o medio vacío, pregúntate si se está llenando o vaciando.
Conclusión: no todo es posible.
Mito 3. La felicidad no es rentable
Otras de las cuestiones que se plantean cuando hablamos de felicidad es sobre su rentabilidad. ¿Para qué trabajar en las empresas la felicidad si solo es un gasto?
La productividad se consigue si tenemos equipos implicados, motivados, felices. O, si cambiamos el enfoque, los empleados infelices nos cuestan dinero.
Según Gallup, los empleados infelices cuestan a las empresas entre $450 y $550 millones de dólares al año en costes indirectos, como baja productividad y absentismo.
Debemos establecer políticas diversas adaptadas a nuestros empleados para conseguir un ambiente donde puedan sentirse motivados y desarrollar sus capacidades. No se trata de imponer sino de proponer.
La felicidad aumenta un 31% la productividad, aumenta por 3 la creatividad y por 10 el compromiso.
Conclusión: La felicidad es rentable, muy rentable.
Hay que estar vacunados para enfrentarse a los negativos. Siempre habrá alguien que te dirá que no puedes
La felicidad está al alcance de todos, solo hay que desmitificarla y empezar a construirla.
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