Carta a mi amigo Paco: gracias por habernos dado tanto

A finales de julio, cuando fui a visitarte, ambos sabíamos que sería la última vez que nos veríamos. Aún siento tu mano entre las mías y los abrazos que nos dimos durante esos treinta minutos que me regalaste. Me gustó verte sereno, sin miedo ante lo desconocido, con fe, pero con rabia. Rabia por no haber podido ganar la batalla a la terrible enfermedad y tener que dejar tan pronto a quienes tanto te importan y tanto quieres; tu familia y amigos. Y también por separarte de tus otras tres pasiones, tus empresas y proyectos.

Me gustó verte sereno, sin miedo ante lo desconocido, con fe, pero con rabia

Cada martes llegas sonriente a la reunión de dirección en Gea Perona. Saludas uno por uno a cada empleado, abres tu cuaderno y tomas notas sin cesar, con una de tus innumerables plumas. Escuchas, escribes y piensas. Y al final, después de hacer alguna pregunta, pones sobre la mesa soluciones basadas en la experiencia de empresarios locales innovadores. Porque conoces a todos los buenos a nivel empresarial y ofreces tus contactos sin pedir nada a cambio.

Esa es la misión de tu gran proyecto, el Foro Ilusionando, al que cuidas y mimas como solo tú sabes hacer, con pasión, dedicación y cariño hacia cada participante. Siempre conservaré la taza que me regalaste cuando te nombraron presidente de la asociación de antiguos alumnos de ENAE. ¡Qué orgulloso estabas de serlo!

Me sorprendió tu entereza cuando un cliente de Prologística, tu empresa, te llamó durante nuestra despedida en el hospital. Con lágrimas en los ojos y casi sin fuerzas para hablar, lo referiste a otra persona diciéndole que tú ya no ibas a poder trabajar más. Hasta el último momento mostraste dedicación y preocupación por cada uno de tus clientes.

Has amado como nadie a estos tres proyectos y a la gente involucrada en ellos. Eres un ejemplo en la defensa y cumplimiento de tus valores a nivel personal y profesional. Comprometido con todos y todo lo que te rodea. Apasionado de la vida y de las personas. Honesto y confiable con tu familia y amigos. Afable y empático, siempre transmites un mensaje sereno y conciliador. Te preocupas por conocer y ayudar desinteresadamente a los que te rodean. Respetas y tratas con dignidad a todo el mundo. Eres un ejemplo en todo y por eso te quiere y sigue tanta gente.

Mimas y haces feliz a tu círculo más cercano. A tu hermana Mari Carmen, ‘Nena’ como la llamas, a tu mujer Eva y a tus preciosos hijos, Camino y Ricardo. Y cómo no, a tus amigos que son tantos. Nos haces creer a cada uno de nosotros que somos especiales, únicos. Por ello nos gusta estar contigo, ver tu sonrisa limpia, abrazarte.

A partir de ahora releeré cada fin de semana los artículos sobre economía y empresa que recopilabas y me enviabas con tanta ilusión. Y aunque derrame litros de lágrimas y se me encoja el corazón, cada Navidad, haré lo mismo con tus cariñosos mensajes de felicitación, escritos de puño y letra con tu pluma favorita presidiendo la escena.

Cuando nos dijimos adiós a final de julio, ambos pensábamos que el final era inminente, pero el Señor quiso que subieras al cielo el día de la Asunción, acompañado por su Madre, como solo alguien como tú se merece.

Doy gracias por haberte conocido, porque me hayas hecho sentir tu amigo, por regalarme tantos momentos bonitos que serán parte de mí para siempre.

Mi querido Paco, siempre vivirás en nuestros corazones.