Lunes, 08 de Septiembre de 2025
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OPINIÓNDon McLean, Buddy Holly y el día que murió la música
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Rafael García-Purriños

Don McLean, Buddy Holly y el día que murió la música

 

Cuando le preguntan a Don McLean por la letra de American Pie, suele responder: "significa que no tengo por qué trabajar más en mi vida”. Y sin duda está en lo cierto, dado su enorme éxito.

 

Pero significa muchas más cosas. Recorre la evolución de la música, de la sociedad y de la política americana a lo largo de los años 50, 60 y el inicio de los años 70 del siglo XX, a través de algunos hechos históricos que marcaron a su generación, una generación que pasó de la inocencia a la rebeldía y de ahí a la violencia y a la confusión. En la letra hay referencias más o menos veladas a canciones de éxito, a Elvis Presley, a Bob Dylan, a los Beatles, a los Byrds y el verano del amor, a los Rolling Stones y el festival de Altamont, a Janis Joplin, pero también a la llegada a la luna, a los asesinatos de Martin Luther King y de los Kennedy, o a Vietnam, entre otros acontecimientos.

 

Nos vamos a fijar, de manera especial, en dos pasajes de esta monumental canción folk de más de ocho minutos de duración: la constante referencia al día que murió la música … y la inocencia de toda una generación de fans del Rock and Roll, y la frase del estribillo “Singing This’ll be the day that i die”. Ambas referencias tienen que ver con un joven pionero del Rock: Charles Hardin Holley. Más conocido como Buddy Holly.

 

Viajamos a Lubbock, Texas, en el verano de 1956. Dos jóvenes, miembros de una banda musical de cierto éxito local, Buddy Holley y Jerry Allison, acuden al cine local a ver una película que andando el tiempo se convertiría en un clásico: The Searchers, en España como 'Centauros del desierto'. En ella, el personaje interpretado por John Wayne repite la frase “that”ll be the day” cuando alguien predice que va a ocurrir algo que a él le parece improbable.

 

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Al salir del cine, los dos chavales se fueron a casa de Buddy y cogieron sus guitarras. Sería maravilloso, dijo Buddy, si pudiéramos componer un gran éxito. Jerry, imitando la voz del duque, le contestó “That’ll be the Day”.

 

Efectivamente, ese fue el día. Compusieron un número uno con ese título, que cuenta la historia de un chico al que va a dejar su novia pero él no se lo cree porque “ese será el día que moriré”.

 

La manera de cantar de Buddy Holly, la banda, por primera vez en el rock con dos guitarras, bajo y batería, son toda una revolución que anticipa la llegada del movimiento beat. Esta es la primera canción que John Lennon aprende a tocar, y su influencia en los Beatles es tal que, además de versionar alguna de sus canciones, se pusieron el nombre de 'escarabajos' inspirados en la banda de acompañamiento del tejano, 'The crickets', los grillos. Su imagen, con sus gafas de pasta, sigue de moda incluso a día de hoy. Otros artistas, como Bob Dylan, se manifiestan como grandes fans.

 

En el invierno de 1959, ya sin los crickets, se embarca, con otros músicos, en el 'Winter dance party tour', que iba a pasar por 24 ciudades del centro de los Estados Unidos, con inicio en Milwakee a finales de enero. El recorrido no era del todo lógico, la gira no iba de un pueblo al siguiente más cercano, sino que recorría, en zig-zag, a veces distancias de más de 300 kilómetros. Así, el lunes 2 de febrero llegaron a Clear Lake, en Iowa. No era, inicialmente, una parada de la gira pero sus promotores, ante la alta demanda, cerraron el concierto.

 

Recorrer todo el centro de los Estados Unidos en invierno, a bajísimas temperaturas y en autobús, estaba terminando con la salud y la resistencia de los músicos, y empeoró cuando se estropeó la calefacción. Así que Buddy Holly decide alquilar una avioneta y, de esa manera, ganar un día de descanso.

 

Solamente había sitio para tres, uno de ellos era para Buddy Holly, que tenía 22 años, y pagaba, otro para J.P. 'The Big Bopper' Richardson, de 28 años que había alcanzado el número 1 con Chantilly Lace, que tenía gripe, y el tercero lo ganó a suertes Richie Valens, de nombre real Richard Valenzuela, de 17 años, que había tenido éxito adaptando un tema tradicional mexicano, La Bamba. Cuando ganó, dijo “es la primera vez que tengo suerte en algo”.

 

A primeras horas del 3 de febrero de 1959 despega la avioneta desde Mason City (Iowa) y poco después, tras recorrer unas 6 millas en medio de una gran tormenta de nieve, cayó sobre un campo de maíz, muriendo todos sus ocupantes en el acto. El piloto, Roger Peterson, que contaba con más de 700 horas de vuelo, carecía de la pericia necesaria para volar esa avioneta, una Beechcraft Bonanza, en condiciones de nula visibilidad, pues al parecer no dominaba los instrumentos de vuelo en esas condiciones.

 

La esposa embarazada de Holly, a la que hace referencia Don Mc Lean, María Elena, se enteró de su muerte por la televisión, y perdió al bebé que esperaba. Desde entonces, se prohibió dar datos personales de personas accidentadas en tanto no se haya informado a los familiares.

 

La gira continuó, con Waylon Jennings como cantante, y otras bandas como Dion and the Belmonts presentes en la gira desde el principio. El espectáculo tenía que continuar.

 

Pero no el Rock and Roll. De hecho, Don McLean se refiere a este accidente como “el día que murió la música”, y es que el impacto social de la tragedia fue inmenso, y supuso el principio del fin de la era dorada de esta música.

 

Ya lo dijo John Millner, personaje de la película 'American Graffiti': “El Rock and Roll no ha vuelto a ser lo mismo desde que murió Buddy Holly”.

 

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