Una sola pregunta para este domingo
Como cada cinco años, este domingo día 9 de junio estamos convocados varios cientos de millones de europeos para elegir a nuestros representantes en el Parlamento Europeo.
Desde 1979, primera vez que se eligió el parlamento por sufragio directo, la abstención ha sido en cierto modo la protagonista de estas consultas, rondando una media del 50% de participación en el conjunto de la UE.
Desde distintas instancias, y modestamente desde este mismo periódico, se ha comentado que la estructura de las instituciones europeas es enorme, que los sueldos son verdaderamente llamativos, y que mucha gente –esté entre los que votan o no– observa este entramado institucional. 'El tema es caro', y perdone el lector que me cite, como un retiro dorado o, alternativamente, como un dorado retiro.
Demos por amortizado todo el caudal informativo en lo que respecta a la burocracia europea. Demos también por descontado que durante tiempo por ejemplo en España, hemos sido beneficiarios netos de la ayuda europea. Demos por digerido que los fondos se van moviendo hacia las nuevas incorporaciones, cual fue nuestro caso; o que sólo el 20% de los Next Generation han ido a pymes y aceptemos finalmente, por imposible, penetrar en el imbricado mundo de la administración comunitaria.
A pesar de todo, existe una pregunta.
¿La conformación del nuevo Parlamento Europeo y de la correspondiente administración comunitaria, va a lograr que sean más seguras nuestras fronteras y va a desarrollar una política efectiva contra la inmigración ilegal?
Y relacionada con la anterior, ¿va a eliminar la competencia de productos agrícolas de terceros países que no cumplan los mismos requisitos fitosanitarios y otros, que se les exigen a los comunitarios?
Y conectada con la precedente, ¿existe un programa, la voluntad, de defender los valores en los que se cimentó la construcción europea y la misma Europa, cómo comunidad de naciones?
¿Existe algo más allá del BEI o del Banco Central Europeo que nos haga tener la esperanza de que el Viejo Continente es, va a seguir siendo, la Europa grande de las libertades?
¿Es esto lo que se pensó en su momento?
Esa es la pregunta. Procure contestársela.
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