El gran hermano
Pues nada, que ya estamos casi finalzando un nuevo e intenso verano. Un año más buscando el fresco para pasar las olas de calor. O el calor para quienes prefieran olvidarse del frío de todo el año. Y, con ello, nuevas experiencias, aventuras y retos estivales, muy distintos de los profesionales. Y, con ello, también, las típicas picaduras, erupciones, lesiones veraniegas o, simplemente, síntomas desconocidos hasta el momento. Es lo que tiene intentar concentrar en un mes todo lo que venimos planeando los once anteriores.
El caso es que, para estos fenómenos físicos, la mayoría de las veces tenemos más o menos claro su origen e incluso lo que tenemos que tomar para solucionarlo. Pero la lógica y la razón nos dice que nos acerquemos al consultorio médico que, casualmente, suele estar a tope en estas fechas, sobre todo en zonas de playa. Y, claro está, nuestro veredicto suele ser el correcto y el remedio también. Siempre se ha dicho que el primer diagnóstico es siempre el del paciente. Y luego el del médico. De hecho, ya hay un término que define toda esta interacción. La relación médico-paciente o RPM que incluye, además, a psicólogos, enfermeros y hasta la familia del propio paciente.
Cuento todo esto porque, ahora resulta que la humanidad tiene a su servicio una herramienta que es maravillosa para ayudar con todos estos imprevistos que, año tras año se seguirán repitiendo. Esta herramienta es, obviamente, la inteligencia artificial (IA). Y es que, para el ámbito sanitario, la aplicación de esta tecnología generará infinidad de ventajas. Hace ya algún tiempo que nacieron aplicaciones que permiten ayudarnos a definir un diagnóstico precoz a partir de alguna foto de la lesión o, incluso, algún proceso más sofisticado, basado en la información que introducimos en algún formulario elaborado por determinadas compañías médicas y que tienen una base de datos de consulta, asociada. De momento, una ayuda interesante pero que no es de uso generalizado.
La aplicación de la IA en el ámbito sanitario generará infinidad de ventajas
Pero todo esto va a cambiar. Y no debería tardar mucho. Es cuestión de tiempo que todas las instituciones sanitarias pongan sus datos al servicio de un gran modelo fundacional para entrenar un sistema de inteligencia artificial que nos permita acceder a una sanidad moderna, tecnológica y con la IA acompañando todos sus procesos. ¿Se imaginan poder saber lo que nos pasa y cómo solucionarlo en un par de clicks?. Pues esto va a llegar. Y aquí empezará una gran revolución de esta RPM. En mi opinión, la sanidad, es la gran beneficiada por la IA y, con ello, nuestra calidad de vida y bienestar. Por supuesto que, en la base de esta gran aplicación, de dimensiones extranacionales, estará la privacidad, la ciberseguridad y la calidad y validación de los datos con los que se entrena este gran hermano de nuestra salud. Luego habrá que unir este proceso a la adquisición de los tratamientos, que también tendrá solución. Pero, ¿no me digan que no es un sueño que nos gustaría que fuese real?. Pues vayamos preparándonos, que no tardará mucho. Y, mientras tanto, a seguir disfrutando del verano.