Martes, 09 de Septiembre de 2025
Diario de Economía de la Región de Murcia
OPINIÓNMar de espejos rotos
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Manuel Menárguez

Mar de espejos rotos

 

Esta semana de fuertes y soleados días, de contrastes con este mar… Unas veces de soledades sin compartir, otras de espejos rotos y brillos acerados, ¡duros! La luz blanquecina inunda de claridad esta mañana y se refleja sobre un mar de espuma con el que amanece nuestro Mediterráneo. Blanco como un espejo, fuerte y purificador, vibrante y retador; nos sumerge altivo entre las sombras de sus olas. Verdaderas esculturas vivientes que nos deslumbran y salpicados nos envuelven sobre sus desconocidos brazos, sin aristas, solo mecidas por el viento de levante.

 

Expresiones sutiles, con ese olor yodado, recuerdo de nuestra infancia agitada por unas algas de vivos colores que daban a esta agua esa coloración verdi gris-azulada. Sobrecogidos por el azul celeste de la cúpula que pasaba veloz y lo envolvía todo.

 

Enigmático, observo dentro de mí, y apenas reconozco lo que ven mis ojos llenos de imágenes que fluyen panorámicas en un mar turquesa y exuberante.

 

[Img #7546]

 

Refugio y escenario de imperfectas noches que a cada momento adornamos con recortadas siluetas vegetales, sobre un estrellado cielo nocturno, escondido y receloso, entregado a ese cuadro misterioso de pasiones desatadas que nunca existieron. Símbolos de dualidad, sombra y luz en el frágil equilibrio de la naturaleza. Sereno, busco representaciones ocultas en mi retina. De otros mares, de otras emociones, de otros colores, otras sensaciones que mi mirada perdida no acierta a encontrar. Secretos que, en un instante, se vuelven frágiles y sensibles.

 

Sobrevuela un coro de gaviotas en silencio, flácidos sonidos sordos.  Son testigo de esa transformada marea que, en grandes olas, se vuelve espuma. Aire en el rostro, gotas que no caen al suelo, te mojan los ojos y se hospedan entre el pelo y el versátil viento.  Suenan a cantos inofensivos que de generación en generación, escuchamos. Son poemas de nuestro mediterráneo eterno interiorizados en nuestra conciencia. Te marcan la piel oscurecida por este sol que engulle todo a su paso, cortante.

 

Desestimando vientos nativos, ahora nos sirven de distracción. Es la memoria popular en frases escritas en las mareas, desarrollando una percepción prolongada, anónimas las olas, que una tras otra, nos traen ecos de nuestro futuro, así como emociones del pasado. Cotidianas, protegidas por esa espuma sonriente que se trasforma en rugido, evolucionando al final mansamente sobre nuestros pies.

 

La arena de la playa se envuelve de un misterio húmedo, mullida, bajo los pies que no encuentran sus pasos. Promesas de nuestras huellas de hacer camino, se vuelven abismos que al cerrar los ojos, compartimos con el misterio dócil de alguna promesa lejana.

 

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