Los reyes visigodos
Vaya lío que tenemos con lo que se conoce como 'tierras raras'. Una expresión entre exótica y desagradable. Entre sofisticada y simple. Entre natural y sospechosa. Anda que no habremos pisado nosotros tierras raras por ahí. Cualquier excursión por monte o playa es un caminar por un sinfín de tierras de todo tipo, colores y texturas. Algunas serán más raras que otras, como todo en la vida. Pero ahora viene este nuevo concepto. Algo distinto y que suena muy tecnológico. Con lo que mola conjugar palabras como inteligencia + artificial, computación + cuántica o Data + Center. Y ahora resulta que lo más 'chic' o 'snob' es hablar de 'tierras raras'. No tenemos muy claro lo que son, ni para qué sirven, ni si son de color rojo, verde o amarillo. Pero sabemos que en Ucrania hay muchas y que están de moda. Ahora también están buscando en España. Algo está pasando. Desgraciadamente se están convirtiendo en el centro de un interés geopolítico de consecuencias lamentables. Pero ahí están. Lo que no sé es si sabremos reconocerlas, pero yo, al menos, estoy deseando tener un puñado en mis manos, como si fuera un trofeo. Tiene que ser una experiencia inolvidable. Luego a lavarse bien las manos, como nos ordenaban nuestras madres antes de darnos el bollycao para merendar.
Que el silicio es un elemento de la tabla periódica que se utiliza para fabricar chips desde los años cincuenta para sustituir a los transistores, es algo ya conocido y superado. Está en la cultura general de todos. Pero hoy toca dar un pasito más. Necesitamos aprender un poco más de química que, además, da mucho juego con lo amigos y familiares. Cada día es una oportunidad para hablar de este hermoso nuevo tema. En nuestra época, cuando un compañero era raro, no era un atributo bueno. Ni una cualidad positiva, al contrario. Sin embargo, hoy, llamarle rara a una tierra es como un piropo. Algo bonito que es la envidia del resto de materiales a los que les resultará extraño sentirse desplazados.
Resulta que las tierras raras de este siglo son casi veinte elementos de la tabla periódica, con unas propiedades químicas muy interesantes para la fabricación de materiales y tecnologías tan necesarias como pantallas de ordenador, móviles, tablets, baterías, turbinas eólicas, coches eléctricos, fibra de vidrio para comunicaciones o tubos de rayos X. Pero, aún más importante que todo esto, son sus cualidades para la fabricación de chips de Inteligencia Artificial y procesadores para poder entrenarla. Y esto, en el gran momento de la IA en el mundo, no es cosa menor. Y mucho menos cuando la hegemonía de los grandes fabricantes Nvidia y AMD, obliga a repensar la autonomía tecnológica de estos chips en Europa. Y aquí es dónde aparece este listado de elementos tan peculiares como el Lantano, Cerio, Praseodimio, Prometio, Euripio, Terbio, Tulio o Lutecio. Tierras raras. Recuerden esto. Y, si en su jardín encuentra alguno de estos elementos que más bien parecen sacados de la lista de los reyes visigodos, igual tienen un tesoro. Raro, eso sí, pero tesoro, al fin y al cabo.
Linkedin: Juan Luis Pedreño